El Congreso a favor de la muerte y en contra del sentido común
A pesar de que una de las noticias del día, y de los últimos días, es el tratamiento parlamentario del proyecto denominado de "Muerte Digna", lo cierto es que el apuro por imponer conceptos contrarios a la vida sobre la base del egoismo de una clase política demasiado afecta a legislar sin pensar (sólo hubo 4 horas de debate en el Senado), una senadora, Sonia Escudero, dio en el clavo del dilema ético al decir que "El proyecto confunde la hidratación y la alimentación con los procedimientos de encarnizamiento terapéutico, y eso no es así. Cuando desde Diputados viene una ley con un error, lo correcto es modificarla, no es correcto que por el apuro de que tengamos una ley, tengamos una mala ley".
Se trata de una modificación a la ley N° 26.529 ("Derechos del Paciente y su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud") que le otorga al paciente terminal el derecho de rechazar tratamientos, hidratación, alimentación y reanimación artificial, y aclara que ningún profesional será penado por cumplir con esa voluntad. Y hasta le da la posibilidad de dejar directivas anticipadas.
En el caso de que el paciente no pueda expresar su consentimiento, establece que serán sus familiares o los responsables legales quienes deberán hacer conocer la decisión de no prolongar la agonía por medios artificiales.
Aunque legisladores y medios de prensa se empecienen en decir que la norma "no implica la legalización de la eutanasia ni el suicidio asistido sino que apunta a terminar con el encarnizamiento terapéutico únicamente en casos irreversibles o terminales", quitarle la hidratación y la alimentación es un acto de crueldad mayor del que se pretende, en teoría, evitar.
Lamentablemente vemos a diario cómo el Estado, la clase política y el periodismo en general nos va llenando de eufemismos para no llamar a las cosas con su nombre demostrando escaso interés en la verdad. Todo parece ser materia opinable, modificable en función de la imposición de supuestas opiniones mayoritarias o con la activa participación de activistas de la antinatura. Para estos hombres y mujeres la familia es una entelequia, el amor casi siembre tiene fecha de vencimiento, una púber tiene "derecho" a tener sexo cuándo lo desee (lo importante es que no se embarace y si le sucede debe poder abortarlo), una persona es "adulto" a los 18 años pero debe ser mantenido por sus padres hasta los 25, la prostitución sólo es mala cuando una mujer la ejerce porque otro se lo impone, y tantos otros ejemplos de opiniones sostenidas o normas aprobadas en nuestra deslucida Argentina.
El "paciente que presente una enfermedad irreversible, incurable o se encuentre en estadio terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación … podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable", señala la ley que aprobó el Congreso. "En el supuesto de incapacidad del paciente, o imposibilidad de brindar el consentimiento informado a causa de su estado físico o psíquico" la suspensión de la alimentación e hidratación podrá ser solicitada por el cónyuge, conviviente, hijos, padres; hermanos; nietos.
Aunque el sentido común, el gran ausente en las cuestiones fundamentales de la realidad argentina, nos indique que matar lenta o rápidamente, a un hombre o a una mujer, a un pobre o a un adinerado, a un niño o a un abuelo, con crueldad o con sutilezas, SIEMPRE está mal, el parlamento y los grandes lobbys actúan sin que nadie los detengan. Periodistas del relato, legisladoras y funcionarios buscando imponer la antinatura mientras olvidan su obligación primera: trabajar por el bien común.
Así vimos como se aprobó como si fuera fundamental la aberración jurídica que consideró "matrimonio" la unión de personas del mismo sexo (curiosamente antes de un período eleccionario...), cómo hombres con aspecto de mujer y mujeres con aspecto de hombre recibieron documentos nacionales de identidad que mienten para "ajustarse al sexo autopercibido" (una locura que no resiste análisis), cómo está agazapado el tema del aborto como "derecho" (que aunque la Presidente se ocupe de decir que no lo apoya, no adoctrina a su tropa para impedirlo), cómo se impuso la ley que obliga a disponer de dineros públicos para tratamientos de fertilización asistida en Buenos Aires (que incluye la estimulación ovárica y con ello el aborto y embrionescongelados), entre otras barbaridades.
Volviendo al tema de la mal llamada muerte digna, recordemos que, tal como puntualizó la Congregación para la Doctrina de la Fe, "nada ni nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo explícita o implícitamente. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo".
Obama sigue con las suyas
Como señaláramos tiempo atrás el presidente norteamericano es un hombre que desde sus épocas de legislador apoyó e impulsó normas a favor del movimiento homosexual y el aborto. En ambos temas no ha dejado de actuar y por ello ha sido cuestionado severamente por ciudadanos de ese país aunque, atento al negocio que implica el aborto y la fidelidad que le dispensa la comunidad gay a quien los protege, muy posiblemente esas aparentes convicciones le acarrearon votos y progreso en su escalada política.
Por estas horas Barack Hussein Obama II se ha manifestado a favor la misma aberración jurídica aprobada en la Argentina, el llamado "matrimonio" entre personas del mismo sexo. Estas declaraciones, hechas a una cadena televisiva de su país, las hace cuando su popularidad ha decrecido notablemente y llegando a un 47% de descontento de los norteamericanos hacia su gobierno.
Conociendo sus antecedentes, no sería extraño que intentara con estas declaraciones lograr un renovado apoyo de los homosexuales y de los ciudadanos de pensamiento más liberal a pocos meses de un proceso eleccionario.
Identidad de género
Al igual que se hiciera con otros temas que trastocan los cimientos de la sociedad, la familia y la dignidad de las personas, el Congreso también se ocupaba del tratamiento de la "identidad de género" escuchando sólo a los integrantes del movimiento de homosexuales en todas sus presentaciones.
La ley que se promueve permitiría la modificación del Documento Nacional de Identidad en lo que a sexo y al nombre se refiere, sin requisito alguno, salvo la propia solicitud del interesado y sin diagnósticos médicos, psiquiátricos ni cirugía.
A ningún legislador escapa -señalaba la edición 818 de Notivida- que una mamá se violentara si lleva a su hija a natación y se cruza en el vestuario del club con una "señora" con genitales masculinos que apenas cubre la toalla. Fuera del Congreso de la Nación cualquiera se horrorizará pensando que un chico de 10 años podría ser sometido a terapias hormonales que fuercen los cambios físicos que en una mujer se dan naturalmente en la etapa de la pubertad. El hombre de a pie prefiere que le repongan las piezas dentales a la gente humilde en lugar de ponerle gratuitamente la prótesis peneana a una mujer que se "percibe" hombre.
En Diputados se trabajaron tres propuestas presentadas por las kirchneristas Diana Conti y Juliana Di Tullio, y la radical Silvana Giudici.
Entre los fundamentos la ley establece que identidad de género es "la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento".
El lobby homosexual trabajó para esta norma
En el 2008 la Comunidad Homosexual Argentina logró el primer fallo en el país y en Latinoamérica en el que la justicia (el Juez de Mar del Plata, Pedro Hooft), autorizó a cambiar su DNI reconociendo su identidad de mujer al hombre que se daba a conocer como Tania Luna sin realizarse una intervención de adecuación sexual. En el 2010 la Comunidad Homosexual Argentina, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual, la Cooperativa Nadia Echazú, el Movimiento Andiscriminatorio de Liberación (MAL), Futuro Transgenérico e independientes que integran el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género se presenta en el Congreso de la Nación el Proyecto de Ley de Identidad de Género N° 8126. El Proyecto de Ley de Identidad de Género tiene las firmas de los diputados Diana Conti (FpV), Vilma Ibarra (Nuevo Encuentro), Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), Margarita Stolbizer (GEN), Cecilia Merchán (Libres del Sur), Victoria Donda (Libres del Sur), Marcela Rodríguez (Coalición Cívica-ARI), Fernanda Gil Lozano (coalición Cívica-ARI), Remo Carlotto (FpV) y Carmen Storani (UCR). En el 2011 se inicia el tratamiento de la Ley de Identidad de Género con quórum de ambas comisiones, de Legislación General (presidida por Vilma Ibarra) y de Justicia (presidida por el radical Juan Pedro Tunessi).