La 9ª Edición de la Subasta Anual de Arte de El Arca, se realizó en el Museo MALBA - Fundación Costantini, esta institución que tiene su hogar en en el bajo Boulogne, recibe de por vida a personas con discapacidad intelectual en situación de abandono, y los acoge en pequeños hogares que funcionan como familias.
Fueron rematadas las obras donadas generosamente por Jacques Bedel, Duilio Pierri, Eduardo Hoffmann, Eugenio Cuttica, Carolina Antoniadis, Miguel Ocampo, Andrés Waissmann, Jorge Diciervo, Manuel Cancel, Remo Bianchedi, Juan Astica, Marcello Mortarotti, Nahuel Vecino, Francisco Travieso y otros destacados artistas referentes del arte contemporáneo en pintura, escultura y fotografía.
El Arca surgió en 1964 en Francia y hoy agrupa a 140 comunidades en 36 países. En la Argentina la comunidad inició su camino en 2003, con la construcción del primer hogar, en el barrio del bajo Boulogne, donde cada uno de los acogidos tiene un programa de acompañamiento que responde a su situación personal y posibilidades. Algunos de ellos concurren al colegio y otros asisten al taller o realizan distintas actividades que fomentan el desarrollo de sus potencialidades.
Las Comunidades del Arca son un espacio en el que conviven personas con discapacidad intelectual y otras que deciden compartir su vida con ellas dentro del ámbito de los hogares, talleres y centros de atención diurna. La vida en común y las relaciones de amistad, hacen del Arca una verdadera familia. En la mayoría de los casos las personas con discapacidad intelectual que viven en las Comunidades del Arca provienen de situaciones de extremo desamparo y marginalidad.
Han sido rechazadas o abandonadas por sus familias o grupos de contención. El ambiente familiar de las comunidades permite a cada uno de sus miembros poder desarrollar sus talentos y potenciales. Se trata de un lugar de crecimiento en el que cada persona descubre su valor único e inigualable.
Gracias a la colaboración de distintas personas amigas del Arca, pudieron adquirir una casa ubicada en el barrio del bajo Boulogne. Esta casa se transformó en un hogar con la llegada de Sandra, proveniente de la Colonia Montes de Oca, y de otros jóvenes que hicieron posible el comienzo de este camino de vida en común junto a sus “amigos especiales”.
En los años sucesivos, recibieron también a Maximiliano, Osvaldo, y finalmente a Marcos. Cada uno de nuestros acogidos tiene un programa de acompañamiento que responde a su situación personal, sus deseos y posibilidades. Algunos de ellos concurren al colegio, y otros asisten al taller o realizan distintas actividades que fomentan el desarrollo de sus potencialidades.
Dentro del hogar es muy importante el compartir lo cotidiano, haciendo de las pequeñas cosas de todos los días, el lugar y el espacio para el encuentro y la amistad. Desde esta experiencia de vida comunitaria descubrieron que las personas que padecen una deficiencia intelectual tienen a menudo unas cualidades particulares de relación, de capacidad de asombro, de espontaneidad y de verdad. En su desamparo y su fragilidad, tienen el don para tocar los corazones y para llamar a la unidad. Así, son para la sociedad un llamado vivo hacia los valores esenciales del corazón sin los cuales el saber, el poder y la acción pierden su sentido y son desviados de su finalidad”. Un grupo de voluntarios y de profesionales acompañan y asisten en las diversas necesidades, haciendo posible la vida de esta familia especial.
