Los alumnos del Colegio San Juan el Precursor de San Isidro, nuevamente compartieron una semana con Audela para concientizar a los chicos y sus familias acerca de la problemática de la discapacidad. Comenzaron con el desayuno para los padres desde la temática visual. Se presentó “El gallito ciego” en un desayuno preparado por personas no videntes y donde padres y directivos del colegio puderon vivenciar el tema de la discapacidad visual por medio de diferentes técnicas. Luego en el colegio, todos los años del primario, fueron pasando por diferentes experiencias que abarcaron la temática visual, auditiva e intelectual.
Audela trabaja desarrollando programas de concientización y sensibilización con el fin de promover la integración social de personas con discapacidad. Con estos programas hemos buscado que la mirada social hacia la discapacidad, muchas veces limitada por los prejuicios o desconocimientos, se transforme y enriquezca con las diferencias. Los destinatarios de nuestros programas son la comunidad educativa, la empresarial y la comunidad en general. Nuestro nombre proviene de una novela del escritor James Branch Cabell. Allí Audela es “la tierra de todas las cosas que permanecen ocultas tras el velo de la vista y los restantes sentidos del hombre. Velo que jamás se levanta pero a veces se rasga”.
De esta forma concebimos la tarea de concientización y educación. En nuestros programas buscamos habilitar espacios de encuentro en los que se rasgue el velo de los prejuicios y las creencias para construir una nueva perspectiva. Abrir un camino que no tiene fin pero si un anhelo: desafiar una y otra vez las creencias que sostienen las situaciones desfavorables que padecen las personas con discapacidad, buscando de esa manera aportar a la construcción de una sociedad más justa para todos.
GALLITO CIEGO es un restaurante donde se come totalmente a oscuras, según las reglas de las personas no videntes. La elaboración de la comida y la atención están a cargo de personas ciegas, quienes reciben y guían a los concurrentes en el interior del salón. El Gallito Ciego cumple por un lado la función de concientizar y sensibilizar a la sociedad acerca de la problemática visual. ¿Cómo? Las personas logran involucrarse “poniéndose en el lugar del otro” profundizando a la vez en la temática de la ceguera. Por otro lado este emprendimiento es una importante herramienta de formación, capacitación e integración laboral.El Gallito Ciego ha sido premiado por la organización internacional Ashoka Emprendedores Sociales.
El Gallito Ciego es un salón comedor a oscuras adaptado, para que quienes lo deseen puedan vivir la experiencia de comer como lo hacen las personas ciegas. Esta experiencia busca que a través de la vivencia los jóvenes y todos los participantes puedan ponerse en el lugar de una persona ciega a través de un hecho tan cotidiano como es comer. La idea fue tomada y recreada del restaurante suizo Blinde Kuh -Vaca ciega- La misma fue implementada en el instituto de rehabilitación para personas ciegas Román Rosell. Gracias a que el instituto contaba con un taller de cocina en donde se enseñaba a cocinar a personas no videntes, sumado a que junto a la cocina existía un salón apropiado para ofrecer un servicio de almuerzo, la implementación y ejecución de la idea Gallito Ciego resultó bastante sencilla. Audela realizó una inversión para la adaptación del salón y llevó a los comensales, la mayoría provenientes de colegios cercanos.
Esta propuesta tenía como objetivo primordial sensibilizar y concientizar a los jóvenes de las diferentes escuelas acerca de las habilidades que pueden desarrollar las personas ciegas. El Gallito Ciego comenzó siendo de esta forma un taller vivencial más dentro del programa Levantando Barreras. Al poco tiempo este taller se convirtió en modelo y referencia de la organización social Audela por el impacto social que provocó y la difusión que obtuvo. Por otra parte, y sin que haya sido la intención inicial, tomamos conciencia de la poderosa herramienta de integración laboral que estábamos construyendo. Ya que significó la posibilidad de brindar una fuente de ingreso económico a aquellas personas que formaban parte del taller de cocina del Román Rosell.
Durante los dos años en que se implementó participaron más de cuatro mil jóvenes pertenecientes a colegios de los partidos de San Isidro, Pilar y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cuando esta actividad concluyó, por razones internas dentro del instituto, fueron los directores y alumnos de los diferentes colegios quienes alentaron a Audela a pensar una alternativa para que el Gallito Ciego volviera a dar su servicio. Entonces surgió la idea innovadora del Gallito Ciego Móvil, restaurante a domicilio.