Bernard Nathanson, quien fuera personalmente responsable de unos 75.000 abortos y terminó siendo un famoso converso a la causa pro-vida en la década de 1970 después de haber visto a un bebé nonato en una prueba de ultrasonido tomada de un aparato aspirador para la práctica del aborto antes de ser absorbido del vientre de su madre, falleció el lunes 21 de Febrero, a los 84 años. Las imágenes de ultrasonido se convirtieron más tarde en el famoso e influyente vídeo pro-vida "El grito silencioso", que publicamos bajo estas líneas.
Los líderes pro-vida en los Estados Unidos y en el mundo entero lamentaron el fallecimiento de este médico, uno de los mayores activistas pro-vida del siglo XX, ex abortista y luego activista defensor de la vida.
Jim Hughes, presidente de la Canada’s Campaign Life Coalition y un vicepresidente de International Right to Life, dijo: "Conozcí a Bernie Nathanson durante 30 años. Fue una verdadera inspiración para todos. Lo vamos a echar mucho de menos. La suya es una historia increíble", dijo quien recordó una vez cuando Nathanson debatió con el padre del aborto en Canadá, el abortista Henry Morgentaler. "Fue bastante cómico", dijo Hughes "cuando Morgentaler expuso sus ideas y su defensa de la práctica del aborto y Nathanson se rió y dijo '¡Yo inventé todas esas frases! ¡Yo inventé esas estadísticas!'".
"Que el Buen Dios acoja su alma y le diga: ‘Bienvenido siervo bueno y fiel’", añadió. "Hoy nuestro movimiento lamenta el fallecimiento de una de sus más grandes voces por la vida", dijo Lila Rose, presidenta de Live Action. "El doctor Nathanson es un testimonio de la gracia de Dios, de que cualquier corazón puede transformarse en un faro de amor y verdad".
Kristan Hawkins de Estudiantes por la Vida se hizo eco de los comentarios de Rose: "Hoy el movimiento pro-vida está de luto por la muerte del Dr. Bernard Nathanson, un verdadero héroe pro-vida. Estoy triste por el hecho de que esta generación de activistas pro-vida nunca llegará a conocer al Dr. Nathanson" dijo, añadiendo que "debido a su trabajo esta generación se ha llenado con la verdad y ayudará a terminar con el aborto en Estados Unidos".
El grito silencioso
El video que muestra a un bebé nonato huyendo durante un aborto, y su continuación titulada "El Eclipse de la Razón", que explica en detalle los diferentes procedimientos de aborto, consagró a Nathanson como un héroe pro-vida y un auténtico converso que abriría el camino para otros como Norma McCorvey y Abby Johnson.
Lila Rose, la periodista que dirige Live Action y graba los videos secretos que muestran las felonías del negocio del aborto (como el encubrimiento de la trata sexual) dijo a LifeNews.com que el movimiento pro-vida ha perdido uno de sus más grandes portavoces: "Hoy nuestro movimiento lamenta el fallecimiento de uno de los más grandes portavoces de la vida. El Dr. Nathanson es un testimonio de la Gracia de Dios, que puede transformar cualquier corazón en un faro de amor y verdad".
"En su memoria, cuando se intensifica la lucha en el Congreso en estas próximas dos semanas, vamos a trabajar incansablemente para apoyar los esfuerzos valientes del Dr. Nathanson para desvelar el mal y proteger a los inocentes. Nuestros pensamientos y oraciones están con él y su familia", dijo Rose.
Converso al catolicismo
Aunque su cambio de parecer sobre el aborto no tuvo que ver con ningún tipo de razón de orden religiosa, Bernard Nathanson acabó por convertirse al catolicismo haciéndose bautizar en 1996. De su fe dio testimonio en España cuando asistió a uno de los congresos "Camino a Roma" que tuvo lugar en la localidad de Ávila.
Nathanson también ganó elogios por su sinceridad al reconocer que el movimiento pro-aborto (dirigido por él como líder del grupo pro-aborto NARAL), se había inventado que un gran número de mujeres habían sido asesinadas y heridas por los abortos ilegales, en su afán por legalizar el aborto.
"Hablamos de 5.000 a 10.000 muertes al año ... Confieso que yo sabía que las cifras eran totalmente falsas .. era una cifra útil, ampliamente aceptada, así que ¿para qué molestarnos en corregirla con datos veraces?"
En 1996, Nathanson escribió su autobiografía, "La mano de Dios", en la que expuso su transformación de médico abortista y defensor del aborto a ser un pro-vida. Afirmaba, con pesar, que "Yo soy uno de los que ayudaron a traer esta era de barbarie".
Nathanson también llamó la atención por sus comentarios sobre el tiroteo del infame médico de abortos tardíos, George Tiller, cuando dijo que le sorprendió que nunca se hubiera hecho pro-vida. "Conocí a George hace años, cuando estaba a favor del aborto", dijo al Washington Times. "Él vino a un curso que yo estaba dando sobre la técnica del aborto en Nueva York en 1970 bajo los auspicios de NARAL. Yo también hice abortos tardíos, hasta que cambié en 1980".
"Tiller era un hombre que iba a la iglesia, lo cual no dice mucho en este país, pero uno se pregunta por qué nunca cambió de opinión en base a la evidencia científica. Ahí es donde yo cambié de opinión, a partir de las fetoscopias y los estudios de ultrasonido"
"Cuando empezamos a dominar la ecografía, se podía estudiar al feto y ver que era un miembro de nuestra especie. Si no lo haces, no eres más que un producto de la ideología política. En 1970 había aproximadamente 1.100 artículos sobre el feto. En 1990, había 22.000. Los datos se acumularon rápidamente y se abrió una ventana en el vientre materno ", decía Nathanson.
Al dar la noticia sobre su muerte, Stephen Vincent, del National Catholic Register, aseguró que "su testimonio en favor de la vida no podría ser fácilmente descartado como propaganda unilateral. Nathanson ya había tenido un gran prestigio entre los partidarios del aborto como co-fundador de la Asociación Nacional para la Revocación de las Leyes Aborto (ahora llamada NARAL ProChoice América), y como creador de lo que llamó el centro de mayor actividad abortista del país. Nathanson y sus colegas idearon una clínica ambulatoria independiente en la que el aborto y la recuperación no duraban más de tres horas. "
Joan Andrews Bell, una activista pro-vida, dijo al periódico: "Él será recordado como un gran defensor de los bebés. Quienes le conocíamos bien sabíamos que sentía un dolor profundo por lo que había hecho en su época de abortista. Recuerdo que ayunaba a menudo como penitencia y reparación por ello".