Enamorado del automovilismo, el arquitecto Lorenzo Barra, vecino de San Isidro, cumplió el deseo en vida de su hijo fallecido y enseña a chicos cómo reparar y remodelar autos. Se le ocurrió que su pasión por los autos podría tener un fin solidario hasta la temprana muerte de su hijo Lory, otro amante del automovilismo. Fue entonces cuando decidió transformar ese dolor y sus conocimientos en la materia en un bien para los demás.
"En vida, Lory estaba obsesionado con la idea de hacer un taller para enseñar mecánica y restauración de autos clásicos a chicos sin recursos. Para ser sincero, yo quise desalentarlo, porque me parecía que iba a ser difícil. Pero un año después de su fallecimiento cumplimos su sueño e iniciamos los trámites para constituir la Fundación Lory Barra para la Educación de Ciencias, Técnicas y Cultura", dijo Lorenzo.
Con apoyo de personalidades varias y del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, la fundación vio la luz en tiempo récord. Luego de obtener la personería jurídica, en agosto de 2004, Barra consiguió que Clorindo Testa diseñara el proyecto del taller-escuela adonde, a pedido de la municipalidad sanisidrense, también se habilitará en el futuro un museo de autos.
El siguiente paso fue conseguir un terreno. "Recorrí todo San Isidro buscando garajes y terrenos. Finalmente, Posse me dijo que él quería aportar al proyecto si también se hacía un museo, y nos consiguió el lugar", relató Barra. Así, con aportes financieros de sus amigos y de ex compañeros de su hijo, como Daniel van Lierde y Daniel y Carlos Sielecki, en mayo de 2010 la escuela-taller quedó formalmente habilitada.
Falta construir el salón de usos múltiples y lo que será el museo. Pero este año, veinte chicos ya pasaron por las aulas de la Fundación Lory Barra para aprender nociones de mecánica, electricidad, carrocería, carpintería y montaje de automóviles. El plan de estudios incluye clases de matemática, física, computación, seguridad e higiene en el trabajo y contabilidad, para que los egresados puedan armar emprendimientos propios, y visitas a museos y fábricas de autos.
La selección de los chicos que ingresan cada año, que en 2011 serán más de 20, está a cargo de Martín Cagnola, que coordina la fundación. Las hijas, un yerno y la mujer de Barra también colaboran con este proyecto.
Barra comentó que lo que más necesita hoy la fundación son aportes económicos, ya sea a partir de donaciones o aportes mensuales a través de tarjetas de crédito. A meses de recibir la segunda camada de la escuela-taller, y con 81 años, el infatigable Lorenzo aún no está conforme.
"Sueño con que los chicos del taller puedan aprender sobre diseño de carrocería y desarrollar sus propias investigaciones sobre nuevos materiales para la industria automotriz, algo que está en boga en este momento", apunta Barra, emocionado. "En el mundo, marcas de primera, como Lamborghini, están buscando aceros y fibras más livianos y fuertes, que consuman menos combustible. Tenemos los especialistas que pueden capacitar a los chicos; ojalá lo podamos hacer realidad", se entusiasma.
Quienes quieran colaborar con esta obra, se pueden poner en contacto por teléfono al 4743-8404; por mail, a lurenss@fibertel.com.ar, y en Internet: www.lorybarra.org .
