La UNICEF -que muchos inocentemente asocian a nobles causas- tiene un activismo que dista de merecer algún aplauso y que ha sido cuestionado en más de una ocasión, incluso señalando que comprar tarjetas navideñas de esta organización... financia el aborto.
Se basa esto en que la UNICEF apoya de distinto modo a entidades que abiertamente promueven la legalización del aborto y la consideración de esa brutalidad como "derecho" de la mujer, como en la Argentina cada vez más agrupaciones feministas y el gobierno nacional lo impulsan.
El IPAS, una empresa (aunque algunos la consideran una ONG) diseña, manufactura, y vende equipos para abortos por succión -el Aspirador Manual Endouterino (AMEU, siglas en inglés MVA)- en todo el mundo.
El IPAS tuvo "una presencia vendedora" en la Cumbre de la Infancia. Sus vendedores ofrecían catálogos de sus productos vistiendo camisetas verdes con una inscripción que reclamaba "derechos reproductivos para los niños".
IPAS se dedica al negocio de la promoción del aborto. En su página web se lee que "De acuerdo con el mandato de la OMS de elaborar normas y estándares para los servicios de salud, la publicación de 106 páginas, titulada Safe Abortion: Technical and Policy Guidance for Health Systems (Aborto seguro: Orientación técnica y de políticas para los sistemas de salud), suple una deficiencia crítica en información confiable basada en pruebas. Incluye recomendaciones sobre: los aspectos clínicos de los servicios de aborto, incluido el diagnóstico de embarazo, el suministro de información y consejería, la selección de un método abortivo apropiado y la atención postaborto los elementos esenciales necesarios para implantar servicios de aborto legal de alta calidad en cada nivel del sistema, tales como evaluación de necesidades, normas y estándares nacionales, capacitación y supervisión de prestadores de servicios, monitoreo y evaluación de la calidad de los servicios, y financiamiento los factores jurídicos y factores de políticas necesarios para garantizar acceso a los servicios de aborto seguro al grado permitido por la ley, tales como aclarar los casos en que la ley permite el aborto, crear un ambiente de políticas que defienda y promueva los derechos reproductivos de las mujeres, o garantizar la calidad y el acceso de los servicios permitidos por la ley, y eliminar barreras innecesarias, tanto administrativas como reglamentarias, a la atención legal."
El documento citado por IPAS, publicado a principios de 2003, responde a un llamado de 1999 por una Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el cual se declara que "en los casos en que el aborto no es contrario a la ley, los sistemas de salud deben capacitar y equipar a quienes prestan servicios de salud y tomar otras medidas para asegurar que el aborto se realice en condiciones adecuadas y sea accesible." Los gobiernos también convinieron en que "se deben tomar medidas adicionales para salvaguardar la salud de la mujer."
El equipo que vende IPAS se usa "con éxito", provisto por el Alto Comisionado para los Refugiados, la OMS, la UNICEF y el Fondo para la Población, en los campos de refugiados de Bosnia, Afganistán y África Central. "El instrumental de aspiración endouterina figura en las listas de equipos recomendados por la OMS para el nivel de atención primaria de la salud, rotulado como "'Conjunto para el aspirador manual endouterino'". Y aunque la UNICEF sigue negando que promueva el aborto, la publicidad de IPAS financiada por la misma UNICEF dice: "El instrumental de AMEU también está disponible a través del Catálogo para Artículos del Almacén de UNICEF".
El IPAS se encuadró en el grupo de ONG "por los derechos reproductivos", que apoyó las pretensiones de UNICEF sobre salud reproductiva para los menores excluyendo a sus padres. El grupo de esas ONG incluyó también a "Catholics for Free Choice (Católicas por el Derecho a Decidir); el Center for Reproductive Law and Policy (CRLP); International Planned Parenthood Federation (IPPF) y International Women’s Health Coalition (IWHC), entre otras, todas comprometidas en la defensa del aborto y/o "proveedoras de servicios de aborto".
UNICEF financia libro
Del 8 al 10 de Mayo del 2002, se llevó a cabo en la sede de la Organización de Naciones Unidas, en Nueva York, la Sesión Especial de la Asamblea General sobre la Infancia, organizada por el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF). La reunión se caracterizó por una gran disputa en torno al aborto y el homosexualismo.
En Junio del 2001, en una de las reuniones preparatorias a esta Sesión Especial, la delegación canadiense reconoció que los "servicios para el cuidado de la salud reproductiva" incluyen el aborto. Desde entonces, la Santa Sede, Estados Unidos y otras delegaciones han insistido en que esa frase sea retirada del documento final de este foro sobre la niñez. El documento borrador no contiene la palabra "aborto", pero sí la frase eufemística ya mencionada, constituyendo así una promoción del aborto y de los anticonceptivos abortivos para niños (desde los 10 años de edad), adolescentes y jóvenes.
El otro asunto bajo discusión es la promoción del homosexualismo presente en el texto borrador bajo el eufemismo de "varias formas de familia". Esta frase fue introducida en el vocabulario de la ONU durante su Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, que llevó a cabo en El Cairo en 1994.
Durante toda la década del '90, el gobierno proabortista de Clinton utilizó esta frase cada vez que la familia era mencionada. Las organizaciones no gubernamentales que defienden la familia sostienen que esta frase es una manera engañosa de promover el "matrimonio" entre homosexuales, con el consecuente falso "derecho" a adoptar niños (3).
A estos dos problemas se suma ahora el escándalo de que la UNICEF financió un libro, producido en México, que insta a los niños a involucrarse en relaciones sexuales con otros niños, con homosexuales y con animales. El libro, titulado "Elementos teóricos para la labor con las madres y las adolescentes embarazadas", también dice que la "salud reproductiva"incluye la consejería sobre la sexualidad, el embarazo, los anticonceptivos, el aborto, la infertilidad, las infecciones y las enfermedades".
Alfred Ironside, portavoz de la UNICEF, intentó responder a la indignación producida por este escándalo. Aunque dijo no saber cuántos ejemplares del libro habían circulado, Ironside sí afirmó que "se imprimió un número pequeño que fue sacado de circulación cuando el contenido fue revisado con más cuidado". En otras palabras, Ironside admitió implícitamente que al comienzo no se había revisado cuidadosamente el libro, que está dirigido a los niños.
Luego explicó que "el libro fue producido por el gobierno mexicano con el apoyo financiero de la UNICEF, como parte del apoyo que la UNICEF le brinda a ese gobierno". Y añadió que el libro "tenía por objeto ser un manual de capacitación para las personas que trabajan en la prevención del embarazo en las adolescentes" y que "consistió en una compilación de artículos de diferentes autores, en cuya portada se dice claramente que las afirmaciones contenidas en él no necesariamente reflejan las posturas de las Naciones Unidas". Habría que preguntarle Ironside qué sentido tiene decir que las Naciones Unidas no se responsabilizan por las posturas aberrantes de un libro que esa misma organización ha financiado.
No queda más remedio que afirmar que la UNICEF no es una organización que ayuda a los niños, sino que está dedicada a matarlos (por medio del aborto) o, si tienen la suerte de estar vivos, a pervertirlos (por medio de su "educación" sexual). Los que elaboraron el ya mencionado libro del gobierno mexicano también merecen la misma calificación de homicidas y pervertidores de niños.
