Los abortistas se frotan las manos. Creen estar de enhorabuena. O al menos lo fingen.
Así comienza el artículo publicado en el sitio español www.hazteoir.org de la asociación civil homónima -que dirige IgnacioArzuaga- ante la imposición del gobierno español que acaba de avasallar a las familias y a la vida misma, al legislar de modo tal que permite que una niña de 16 años disponga de la vida en su seno sin intervención de sus padres.
Los empresarios del aborto hacen cálculos -dice la nota editorial- porque ya saben que los 50 millones de euros (8.319.000.000 pesetas) que ingresaban hasta ahora al año se van a multiplicar a partir de este verano, cuando entre en vigor el aborto Zapatero.
Y los grupúsculos que han acompañado al PSOE en su aventura abortista, comunistas, republicanos, secesionistas, han cambiado votos por vidas humanas y se cobrarán el favor al gobierno socialista.
Lo que hoy se ha aprobado en el Senado
A partir del próximo verano, cuando entre en vigor la ley del aborto Zapatero:
Las crías de 16 años podrán abortar sin que lo sepan sus padres.
Si a los padres se les ocurre tratar de impedir la decisión de abortar de sus hijas menores de 16 años, estas podrán denunciarlos.
Ningún padre o madre podrá impedir que su hija menor de 16 años acabe con la vida que ha concebido.
Ningún estudiante de medicina podrá negarse a aprender prácticas abortistas si quiere obtener la titulación.
Ningún padre o madre podrá impedir que se ofrezca el exterminio de niños no nacidos como una oferta educativa más en los colegios de sus hijos, a los que desde pequeños se les inculcará que no importa lo que hagan, porque siempre podrán exterminar al niño que conciban.
Nada de todo eso se podrá hacer, de modo que la libertad de muchos ciudadanos ha sido cercenada hoy por el Partido Socialista, por los socialistas catalanes, ERC, IU, BNG, por tres senadores de CiU, uno del PSM-EN y dos senadores independientes de Navarra e Ibiza.
No se podrá hacer, salvo que el ciudadano quiera recuperar la libertad que hoy le han robado en el Senado y decida hacer caso a su conciencia, convirtiéndose en un héroe. En un objetor.
¿Y ahora qué?
Ahora prosigue la lucha de los defensores del derecho a vivir. Porque sabemos que esta batalla ya la hemos ganado en la opinión pública, y en solo un año.
Porque sabíamos que no la íbamos a ganar en el ámbito político de la noche a la mañana.
Porque todos juntos nos hemos propuesto no parar hasta que el aborto sea un vestigio del pasado en nuestro país.
Por eso, HazteOir.org presentará un recurso contencioso-administrativo contra la votación de hoy en el Senado por la participación del abortista del PSOE RobertoLertxundi (*)
La ley ha sido aprobada en una votación ajustadísima que los abortistas han ganado por solo 4 votos, una diferencia que refleja fielmente la división social que ha supuesto esta propuesta que no pedía nadie.
La ley se ha aprobado pues sin consenso, como una imposición antidemocrática del gobierno socialista y de su presidente. De un presidente que demuestra una vez más que solo gobierna para los suyos.
Ahora a la calle
¿O te vas a quedar de brazos cruzados mientras las crías de 16 años van a abortar a escondidas, amparadas por Zapatero?
¿Te vas a quedar en casa mientras los propietarios de los abortorios se hacen de oro exterminando más niños no nacidos?
¿Te vas quedar callado mientras superamos los 300 niños exterminados cada día en nuestro país?
¿Acaso no vas a salir a la calle a decir lo que piensas de esta atrocidad?
¿Te encerrarás en casa, dando por bueno aquello de “un feto es un ser vivo pero no es humano”, y por lo tanto se le puede exterminar?
El 7-M pediremos la derogación de esta atrocidad y celebraremos la vida y la maternidad.
Y a partir de ahora, en HazteOir.org nos comprometemos a continuar combatiendo la aniquilación de niños no nacidos con quien quiera acompañarnos.
Seguiremos aquí hasta que el aborto quede abolido.
(*)Roberto Lertxundi formó parte de la agrupación terrorista ETA y ahora se lucra con su centro Euskalduna donde se realizan abortos. Parece que siempre encontró la forma de asociarse a la muerte.