La Fundación Ruta 40 [Chacabuco 311, Piso 2 Of. 8, San Isidro] asesora a numerosos grupos solidarios, que recorren el país, para ayudar a paliar las necesidades que sufren muchos compatriotas.
Es posible unir la pasión por viajar, el descanso y el disfrute de la naturaleza con el compromiso hacia quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, en lugares donde pocos alcanzan, en zonas que los mantienen alejados y olvidados.
Allí, precisamente, llegan personas apasionadas por la aventura y el deporte que, además, se involucran con acciones solidarias. Algunos lo hacen en forma independiente; otros, en grupos que se formaron por una pasión en común, o que surgieron de la iniciativa de distintas fundaciones.
"Argentina nuestro camino" es el nombre que Angie y Francisco Amadeo le dieron a su sueño. Esta pareja, junto a Cruz, su hijo de 2 años, emprendió un viaje de cinco meses por todo el país. "Todo empezó con que queríamos recorrer un continente, tomarnos un año sabático, o cosas delirantes que se fueron puliendo hasta llegar a lo que verdaderamente queríamos: recorrer nuestro país", explicó Angie.
Viajaron en un colectivo Mercedes Benz de 1975, equipado como una casa rodante. Buscaron apoyo en auspiciantes a cambio de propaganda o notas en revistas, pero sin demasiada suerte. Más tarde, tocaron la puerta en la Fundación Ruta 40. "Nosotros queríamos darle una filosofía más humana y de contacto con las comunidades a este viaje que, hasta ese momento, parecía meramente turístico", contó Angie.
Agregó que comparten con la fundación la filosofía de "que lo importante no es darles el pescado, sino enseñarles a pescar". Y redondeó Angie: "Cada vez que nos preguntan qué fue los que más nos gustó, coincidimos en que fue compartir un pedacito de nuestra vida con la gente".
El Movimiento Solidario sobre Ruedas es un grupo compuesto, mayormente, por motoviajeros de distintas partes del país, que brindan compañía y acercan alimentos no perecederos, ropa y diversos elementos de primera necesidad "a lugares y gente que a veces son olvidados o en ocasiones no se los quiere recordar o tener en cuenta", dijo Diego Bondarczuk, uno de los integrantes.
Pero ser motoviajero no es un requerimiento: "Sólo queremos que tengan el sentimiento de solidaridad, además del gusto por viajar y conocer más nuestro país, la diversidad de costumbres y culturas", dijo Bondarczuk.
El primer viaje se concretó con la primera Megacaravana Solidaria en moto Buenos Aires-Santiago del Estero. Las donaciones fueron para el comedor Protegidos por el Señor Jesús. Por el éxito de esta iniciativa, vieron la necesidad de realizar una segunda acción de ese tipo.
Con el mismo espíritu de compromiso, el grupo Ika Solidario, inició su acción solidaria. "En la Argentina existen lugares maravillosos para visitar, que tienen accesos limitados y a los que es difícil llegar si no se tiene los vehículos adecuados. En esos lugares generalmente te encontrás con gente que vive alejada de todo, escuelas muy pobres", explicó Ricardo García, uno de sus integrantes.
A los miembros de Ika les gusta viajar, tienen pasión por los Jeep y, además, sienten la necesidad de ayudar. "Antes elegíamos el lugar para hacer el viaje y después a quién ayudar -dijo García-, pero desde hace ya dos años decidimos comprometernos un poco más y tratar de determinar una acción solidaria eligiendo una escuela y apuntado allí toda nuestra ayuda. Cuando uno hace una travesía y llega al lugar que eligió se siente con la sensación de la tarea cumplida, pero empezamos a ver que en el trayecto del viaje existe gente que vive en lugares inhóspitos, alejados del mundo y quisimos tratar de devolver algo de lo mucho que nos daban esos lugares. Y así empezamos, primero llevando algunas cosas y hoy tratando de dar una mano desde adentro, más comprometidos", concluyó García.