Tal como estaba previsto, tuvo lugar en la tarde del jueves 15 de Mayo la celebración del patrono de los sanisidrenses, San Isidro Labrador, con la habitual la procesión con la imagen del santo por el casco histórico y la misa que posteriormente se ofició en la iglesia Catedral, con lo que quedaron inauguradas las obras de restauración del templo neogótico.
El intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, acompañado de su esposa, Dra. María Fernanda Nuevo, y de sus hijos Melchor y Macarena, participaron de ambas celebraciones y luego de lo programado por la Dirección de Cultura de la comuna: hubo espectáculos y kermesse.
También estuvieron presentes el intendente de Vicente López, Enrique García, como también los monseñores Justo Laguna -emérito de Morón-, Carlos María Franzini -obispo de Rafaela- y Fernando Bargalló -titular de la Diócesis Merlo-Moreno y presidente de Cáritas Argentina-; representantes de otros municipios de la diócesis, funcionarios de la comuna sanisidrense, miembros de diversas órdenes religiosas y del clero en general.
En el oficio religioso, la homilía estuvo a cargo del párroco de la catedral, padre Pedro Oeyen. Sus palabras se refirieron a la necesidad del diálogo para la resolución de los conflictos, buscando la paz a cada paso, aplicando paciencia, término que diferenció de la pasividad, como actitud improductiva.
El párroco se refirió también a la puesta en valor del templo, agradeciendo a todos los que lo hicieron posible y, en especial al intendente Gustavo Posse, pues la comuna -subrayó- concurrió con el 40% de los costos de su financiamiento.
La misa -que contó con la participación en los cantos del coro dirigido por el maestro Gustavo Felice interpretando con gran calidad las plegarias de la Misa Criolla- fue concelebrada con los obispos invitados y al momento de las ofrendas, monseñor Jorge Casaretto, recibió fotografías del antes y después de las obras de restauración del templo, espigas de trigo y un ladrillo que perteneció a la capilla donde hace 300 años, en el mismo lugar, el sacerdote Fernando Ruiz Corredor, ofició la primera misa del lugar.
Los festejos centrales al Patrono de los sanisidrenses contaron este año con un marco especial. Por un lado, como no podía ser de otra manera, se dio la feliz circunstancia -justo el día de San Isidro Labrador- que fueron habilitadas de manera simbólica y diocesana, las obras de restauración de la histórica Catedral de San Isidro, levantada en el mismo lugar en que el capitán Domingo de Acassuso erigió la primigenia capilla bajo la advocación del santo labriego. Es por ello que la tradicional misa en honor del Patrono -habitualmente realizada en la plaza Mitre- fue oficiada en el templo mayor sanisidrense.
Por otra parte, confluyó otra circunstancia ligada, aunque más acá en el tiempo, a lo eclesial: Los 25 años de monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto como obispo de San Isidro.
En otro orden, la fertilidad de la tierra, el cuidado y la defensa de la naturaleza y sus frutos, la celebración del agua, los valores de la sencillez personal y del amor por el lugar de uno, constituyeron el eje estético que dominó este año los actos centrales de las Fiestas Patronales 2008 San Isidro Labrador.
Es por ello que la Dirección General de Cultura de la Municipalidad de San Isidro programó estos festejos que, si bien uno de los focos de atención fue la procesión y posterior misa que organizó el Obispado de San Isidro, el otro estuvo en el rescate de los festejos centenarios, reeditando la tradicional kermesse, los pregoneros de la colonia y otras tradiciones que se fueron sucediendo a lo largo de 300 años de historia.
Los actos
La celebración comenzó poco después de las 16:00 con la habitual procesión con la imagen del Santo Patrono y de su esposa Santa María de la Cabeza, que partió desde Av. del Libertador 16.300 para circular con la imagen del santo labrador por 9 de Julio, Acassuso, Martín y Omar para finalmente retornar a la iglesia catedral de San Isidro.
Durante su recorrida, los feligreses, presididos por diáconos de la diócesis, sacerdotes y obispos, con las imágenes de los santos, efecturaron 6 paradas de oración: frente al palacio municipal, la Biblioteca Popular "Juan Martín de Pueyrredon", en el mástil donde confluyen 9 de Julio, Belgrano y Acassuso; en Martín y Omar y Acassuso, lugar donde funcionan varios establecimientos educativos; en el sanatorio San Lucas, por los enfermos y en el seminario de San Isidro.
La salida y el retorno de los procesantes, fueron saludados al grito de "¡Viva Santa María de la Cabeza!, ¡Viva San Isidro Labrador!" acompañados por salvas de bombas de estruendo y pañuelos en alto.
En el templo mayor de la ciudad se desarrolló a continuación una misa solemne, coincidiendo con las Bodas de Plata de monseñor Jorge Casaretto, como Obispo de San Isidro.
En el oficio actuó el Coro de la Catedral de San Isidro, dirigido por el maestro Gustavo Felice, que cantó la "Misa Criolla". También en esa ocasión fueron inauguradas oficialmente las obras de restauración del templo mayor de la ciudad, luego de 6 años de labor ininterrumpida.
Luego de las 18:00, con las primeras sombras de un otoño más parecido a un verano (por la temperatura ambiente), en 9 de Julio y Av. del Libertador dio inicio la "Fiesta del Santo Labriego". Se trató de una performance escénica que incluyó narraciones, teatro callejero, con músicos, pregoneros, saltimbanquis y vendedores ambulantes, a los que se sumó la recreación de una kermesse evocadora de aquellas de antaño.
En efecto, sobre la Plaza Mitre, se instalaron puestos de "Tiro al Blanco" con arco y flechas, "Ruleta de colores", "Salvar al náufrago" (arrojando salvavidas a un muñeco), embocar una pelotita para que caiga en forma aleatoria por diversos conductos, "La araña en su red" y el denominado "Autopase" con lanzamiento de pelota de fútbol.
La tradición estuvo simbolizada por un retablo del barroco colonial español donde dos actores convertidos en estatuas vivientes representaron a San Isidro Labrador y a su esposa Santa María de la Cabeza.
El guión y narración oral escénica fue de Graciela Deza, la dirección teatral a cargo de Mónica Sallán Mur, Dirección Musical de Juan Pablo Llobet, la coordinación del grupo circense de Javier Zucker y la kermesse y ambientación, de Sebastián Boado Montero.
Por último, a partir de las 20:00 se desarrolló un recital con la actuación de la destacada folclorista Liliana Herrero, quien acompañada de sus músicos interpretó temas relacionados con el paisaje y la naturaleza.
Desde la narración hasta el teatro callejero hubo un hilo conductor: textos de rogativas (son intenciones, pregones cortos o coplas) dirigidas al santo para pedirle bienestar general, trabajo, los frutos de la tierra y otras necesidades.
Con el fin de sumarse a los festejos, vecinos y devotos del santo labriego enviaron textos de rogativas para ser leídas por los pregoneros, al tiempo que engalanaron las puertas de sus casas con elementos que recrearon bien los frutos de la tierra, bien los atributos del santo patrono (imágenes iconográficas, sembrador, carro de bueyes, etc.).