Inauguraron las obras de restauración de la Catedral
El jueves 15 de Mayo fueron inauguradas las obras de restauración de la Catedral de San Isidro que, de este modo, recupera el esplendor de los tiempos de su construcción, en el siglo XIX.
Quedan aún algunos trabajos por concluir (el sótano y la capilla del Santísimo) pero ante la llegada del día del Santo Patrono, se decidió solemnemente dejar inauguradas las obras que demandaron arduos y costosos esfuerzos de toda la comunidad y, como lo señaló el padre Oeyen en la homilía, la colaboración del personal que trabaja en la Catedral, además de los responsables de las distintas áreas pastorales.
Los trabajos se iniciaron en Mayo de 2002, con los primeros pasos de la restauración del templo sanisidrense con las reparaciones de las filtraciones de humedad y el arreglo de techos, de los vitraux, de las aberturas y del interior de la torre.
Todo el trabajo integral de restauración, que requirió una exigente planificación, había comenzando en 1999 con un análisis profundo del proyecto a cargo de una comisión restauradora que se mantuvo a lo largo de toda la obra, integrada por el ingeniero Juan José Briozzo, los arquitectos Jorge Valera y Francisco Santa Coloma y el párroco Pedro Oeyen.
La primera etapa iniciada en Mayo de 2002, que también incluyó el refuerzo de las estructuras del edificio que estaban muy débiles, finalizó en 2003.
Al año siguiente, en 2004, empezó la segunda etapa de la obra con trabajos en el exterior del templo. Se repararon las fachadas y se repusieron los ornamentos que fueron sacados en 1965 porque por su estado representan un serio peligro para los que circulaban por los alrededores del templo.
Se colocaron cerca de 400 ornamentos lo que da un esplendor especial a ese templo que sin duda es el edificio más emblemático de la zona norte. Esta segunda etapa concluyó en 2006.
Durante todo el año pasado y lo que va del actual, se trabajó en la tercera y última etapa con tareas en el interior de la Catedral.
En esta instancia, se rehicieron los pisos y se quitó el revoque que se colocó en la restauración de 1965 y que tapaba al anterior que era mucho más vistoso. Se volvió así a la pintura original, a la vez que se colocaron nuevos ornamentos.
Además, se rehizo la instalación eléctrica, como así también se instalaron nuevos sistemas de audio e iluminación. En tanto, se volvió a hacer el presbiterio, que ahora es de madera y se construyó unos metros más atrás que el interior, permitiendo así una mejor visión y mayor cantidad de asientos.
Esta última etapa abarcó también la obra de recuperación de la Capilla del Santísimo y la construcción de un sótano para depósito.
Para llevar adelante esta monumental obra de restauración, que implicó seis años de intenso trabajo, la parroquia de la Catedral de San Isidro recibió donaciones de la Municipalidad de San Isidro, de empresas, de entidades intermedias locales y de particulares.
El templo y su historia
Esta historia se remonta al año 1706, cuando el Capitán don Domingo de Acassuso tuvo un sueño, ya mitificado, bajo un espinillo, en el cual se vio como edificador de una iglesia. Férreo devoto de San Isidro Labrador, decidió levantar una capilla y fundar una Capellanía donde actualmente se alza la Catedral de San Isidro. En la escritura firmada por Acassuso, se comprometía, entre otras tantas cosas, a celebrar veintiuna misas por año, incluyendo la fiesta dedicada al patrono.
Fue durante el transcurso de 1713 cuando Acassuso se ve en la necesidad de reemplazar la humilde aunque útil capilla por una iglesia, la que finalmente fue inaugurada, luego de una lentísima obra, el 24 de Abril de 1720.
Pero los informes de la época indican que su arquitectura era de mala calidad, estaba construida con ladrillo y cal, y tenia forma de bóveda con dos torres. El primer capellán fue el licenciado Fernando Ruiz Corredor.
La parroquia fue reformada luego en 1875 por iniciativa del entonces presidente municipal Manuel Martín y Omar y la colaboración del vecindario. La obra de restauración duró dos años y entre otras modificaciones se le agregó una torre más a la ya existente a la que se le colocó un reloj costeado de su propio pecunio por Martín y Omar.
Pero en 1895, durante el mandato municipal de Pedro Becco, un nuevo proyecto de edificación se había gestado: una Comisión Pro Templo resolvió demoler la antigua iglesia y construir un nuevo templo mucho más amplio para albergar a la población, ya por esos tiempos desbordante. Y así fue como el 15 de Mayo de 1897 el pueblo pudo asistir a las fiestas patronales en el nuevo templo y el 14 de Mayo del año siguiente quedó abierto definitivamente al público.
Con su estilo neogótico, la Catedral busca altura para llegar a Dios. Al menos era el sentimiento de la época. La imponente Catedral, con capacidad para 3.000 personas, fue nombrada como tal por el Papa Pío XII el 8 de Junio de 1957, por ser considerada un exponente muy valioso de la arquitectura religiosa, y fue designado como primer Obispo de la Diócesis Monseñor Antonio María Aguirre, quien fue sucedido por el actual, Alcides Jorge Pedro Casaretto, el 13 de Mayo de 1985, aunque desempeñaba el cargo de obispo coadjutor con derecho a sucesión desde el 19 de Marzo de 1983.