Así lo expresó el arzobispo de Granada (España), Mons. Javier Martínez, quien lamentó que se quiera reducir el cristianismo a un sentimentalismo típicamente romántico, cuando en realidad la fe es un acto de inteligencia.
"La fe cristiana no es una cuestión de sentimiento, es un acto de la inteligencia. Es el asentimiento a una experiencia humana histórica en la que uno puede reconocer la acción de Dios. Es el reconocimiento de una presencia y ese reconocimiento lo hace la inteligencia. Yo soy cristiano como fruto de mi razón", expresó el Prelado durante la reciente 6º Semana de la Familia en Granada.
Por ello, lamentó que el cristianismo sea reducido a un simple sentimentalismo y a un moralismo, es decir, "a un conjunto de principios morales que apenas necesitan concreción eclesial de la vida cristiana para ser comprendidos y vividos".
Por otro lado, Mons. Martínez defendió la familia y advirtió que "la abolición del matrimonio es suicida para cualquier sociedad". Recordó que el matrimonio verdadero es entre hombre y mujer, y que la base de este debe ser Cristo.
"El amor entre esposos tiene tal intensidad que es signo del amor de Cristo, que cumple los deseos de plenitud y felicidad del hombre como amor fiel, sin límite, incondicional, para siempre. Quien no tiene la experiencia cristiana no lo puede ver así", señaló.