El martes 25 de Septiembre fue otro día en que auténticas multitudes concurrieron a visitar a la Virgen en su advocación del Santo Rosario a San Nicolás. Un hecho que se repite cada 25 y al que cada día más gente se acerca, a pesar de la pérdida de fieles de la que es víctima la Iglesia, por múltiples razones. O sinrazones.
Pero curiosamente, la devoción a Nuestra Madre en San Nicolás, en Itatí y en otros puntos de nuestro pais y el mundo, se mantiene firme e incluso crece. Seguramente este hecho está basado en las evidencias de la intercesión de la madre del Salvador ante nuestros dolores, nuestras debilidades y nuestros proyectos de vida.
La Legión de María convoca alos fieles de la diócesis de San Isidro a unirse a la Cruzada del Santo Rosario por la Patria.
Consiste en el rezo diario del rosario, cada media hora, las 24 horas hasta el día de las elecciones, en el mes de Octubre. Se reza en el ámbito familiar o donde cada uno prefiera. Quienes quieran comprometerse en la acción por medio de la oración, podrán elegir el horario que más le convenga según sus actividades.
A lo largo de la historia, se ha visto cómo el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.
El Rosario es una verdadera fuente de Gracias y todo cristiano puede rezarlo. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.
Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Y ese rezo provoca milagros, como los miles que ha provocado.
Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los gloriosos y los luminosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por la mente mientras van pasando una a una las cuentas de nuestra confianza.