[2007] - "Queridísima madre: quiero que te quede este último recuerdo de tu hijo Pepete, al que tanto has querido y que tanto te ha querido también ha pesar de los tremendos disgustos que por mi loca cabeza te he hecho pasar; (...) no padezcas mamica, vamos juntos a ver a Dios y a papá, vamos valientes y con la fe puesta en Él."
"Morimos satisfechos porque morimos por Dios y por la patria, puedes estar contenta pues que más podías desear que tus hijos mueran por defender a Aquel que todo lo puede, no desanimes y ten resignación, sé fuerte y no te abandones, aún quedan cinco en la tierra para hacerte feliz, no olvides que Dios necesita templar el ánimo de los católicos con pruebas amargas, pues los que saben resistirlas ganan el Cielo que es la meta de nuestras aspiraciones."
"No padezcas y piensa que tendrás cuatro hijos más en el Cielo, desde donde velarán por ti y estaremos siempre a tu lado, de forma que repito que no decaigas y no pierdas el valor pues tus hijos mueren porque en nuestra España no se pierda la Religión que tú de pequeños supiste enseñarnos, y de la cual nos mostramos orgullosos (...) Mamica no sufras por nosotros y agradécele a nuestro Señor que nos halla permitido morir por Él y teniendo nuestras cuentas arregladas."
"Ten confianza en el Cristo del Sahúco que no abandona a quienes le imploran; si vieras qué dulzura tenemos en éstos momentos y qué fuertes nos encontramos gracias al apoyo que el Señor nos presta, no te lo puedes imaginar, solo el ver tan cerca la muerte es cuando verdaderamente más se creé en Dios, casi lo vemos y lo sentimos con nosotros, por eso mamica querida ten valor y piensa en lo mucho que la Virgen sufrió y verás como te consuela y te da fuerzas el ver lo valiente que Ella estuvo y la confianza que en El encontró (..)
Mamica grita muy alto Viva Cristo Rey y con éste grito recibe mis últimos abrazos y besos en esta tierra, de tu hijo que tanto te quiere, tu Pepete. Yo he perdonado a todos. Perdónalos tú también."
Así se despidió de su madre José María Jiménez Sánchez, el tercer hijo varón y quinto del matrimonio de sus padres. Estudió en un colegio de religiosos en Getafe, como otros hermanos suyos. Había comenzado la carrera de Farmacia, que no la pudo terminar debido al estallido de la Guerra Civil (1936/1939). De profunda religiosidad, era el presidente de la Asociación de Estudiantes Católicos, y como sus hermanos, miembro de los Exploradores. Participó en la defensa del templo de San Juan Bautista y fue detenido y ejecutado en la madrugada del 27 de Septiembre de 1936, junto a sus tres hermanos.
Se trata de uno de los tantos mártires españoles que dejaron este mundo a manos de los partidarios de la revolución en los tiempos de la guerra civil, que ahora aparecen presentados en un sitio web (http://www.persecucionreligiosa.es/) dedicado a honrar su memoria.
Allí se encuentran hombres y mujeres que a pesar del dolor, la humillación y la persecución fueron fieles defensores de su fe, por la cual sus enemigos los apresaron y mataron. Entre los mártires hay muchos sacerdotes y frailes, pero también hay muchos sencillos ciudadanos que –al igual que los consagrados- fueron martirizados por no adherir al comunismo, impusor de ese irracional odio.
La iniciativa de la web sobre la violenta persecución religiosa surge de las diócesis de Castilla-La Mancha y Ávila, con ocasión de la Postulación de la Causa del Siervo de Dios Eustaquio Nieto y Martín y compañeros mártires.
Según indicó la Oficina de Información de la Arquidiócesis de Toledo, casi 900 sacerdotes, religiosos y seglares murieron durante la persecución religiosa sufrida en las diócesis de Castilla-La Mancha y en la diócesis de Ávila.
La página está divida en dos secciones, diferenciadas por motivo de la próxima beatificación de casi 100 mártires castellano-manchegos, el próximo otoño.
Un primer apartado está dedicado exclusivamente a los trabajos que los diferentes postuladores van publicando para la difusión de sus mártires y; el otro apartado se dedica a la próxima beatificación del 28 de octubre.
La página ha sido confeccionada por la Madre Milagros Tenorio Arriero, religiosa de la Orden de Hijas de María Nuestra Señora del Colegio 'Compañía de María' de Talavera de la Reina (Toledo) y por María Victoria Melchor Illán.