En el mediodía del domingo 12 de Agosto de 2007 el Papa Benedicto XVI rezó el Angelus Dominical en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo y al introducir la oración mariana destacó que la vida en la tierra es un camino temporal que nos debe conducir al cielo.
El Santo Padre meditó en el pasaje evangélico del día de hoy, afirmando que éste "nos prepara para la Solemnidad de la Asunción de María al cielo" pues "invita a los cristianos a desapegarse de los bienes materiales, en gran parte ilusorios, y a realizar fielmente el propio deber con una constante tensión hacia lo alto".
"El creyente permanece atento y vigilante para estar listo para acoger a Jesús cuando vendrá en su gloria", agregó el Pontífice. "Debemos velar, orando y realizando el bien".
Recordó también que la vida terrena del ser humano es solo un paso temporal y que esto debe servir de aliento para "gastar la existencia en modo sabio y prudente, considerando nuestro destino, y aquellas realidades que llamamos últimas: la muerte, el juicio final, la eternidad, el infierno y el paraíso".
Finalmente pidió a la "Virgen María que nos ayude a no olvidar que aquí en la tierra estamos solo de pasada y nos enseñe a prepararnos para encontrar a Jesús".
El Papa cerró la oración mariana con un llamado a la oración y la solidaridad con las víctimas de las recientes inundaciones en el Sudeste asiático.