El domingo 29 de Julio de 2007 el Papa Benedicto XVI rezó el Angelus Dominical junto a los fieles y peregrinos que se dieron cita en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo y recordó que la energía atómica debe favorecer la paz en todo el mundo y respetar al ser humano.
El Santo Padre dedicó sus palabras introductorias al tema de la paz, recordando que "hoy se celebra el 50° aniversario del Estatuto de la Agencia Internacional para la Energía Atómica”, que fue instituida para “hacer crecer el aporte de la energía atómica a la causa de la paz, de la salud y de la prosperidad en todo el mundo.
"Cada vez es más actual y urgente el compromiso por alentar la no proliferación de armas nucleares, promover un progresivo desarme nuclear y favorecer el uso pacífico y seguro de la tecnología nuclear para un desarrollo auténtico, respetuoso del medio ambiente y siempre atento a las poblaciones con mayores dificultades", agregó el Pontífice.
Asimismo manifestó el deseo que la carrera por las armas sea "sustituida por un esfuerzo común por movilizar los recursos hacia objetivos de desarrollo moral, cultural y económico, redefiniendo las prioridades y las escalas de valores".
Finalmente confió a la intercesión de María Santísima el que "los conocimientos y técnicas científicos sean siempre aplicados con sentido de responsabilidad y por el bien común, en el pleno respeto del derecho internacional".