Cuando hoy los niños son disfrazados de fantasmas, brujas o maquillados como si tuvieran violentos cortes en el rostro y suturados groseramente, y van amenazando con una travesura o maldad si no se les da una golosina, están perpetuando los antiguos ritos de Samhain, una invocación a espíritus, además de transitar peligrosos caminos satánicos de la actualidad.
Sin dudas, esta práctica frecuente en los E.U.A. y diseminada en varios países por acción de la industria del entretenimiento (en especial el cine y la televisión) extiende en familias sin demasiado conocimiento, la idea de que no tiene nada de nocivo buscar diversión disfrazándose de cadáver, de demonio o bruja.
El origen pagano de Halloween está en la cultura celta y su culto a los muertos. Desaparecida esa cultura a fines del siglo II, sus ritos de supuesta conexión con los espíritus de los antepasados, también se extinguieron.
Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día a festejar a "Todos los mártires". En el siglo VII el Papa Bonifacio IV transformó un templo romano dedicado a todos los dioses en un templo cristiano dedicándolo a "Todos los Santos". La fiesta en honor de Todos los Santos, inicialmente, se celebraba el 13 de Mayo, pero en el siglo VIII el Papa Gregorio III la cambió al 1 de Noviembre. En el siglo IX el Papa Gregorio IV ordenó que la fiesta de "Todos los Santos" se celebrara universalmente.
Como fiesta mayor, tuvo su celebración en la "vigilia" el 31 de Octubre. Esta vigilia dentro de la cultura anglosajona se tradujo al inglés como: "All Hallow´s Even" (Vigilia de Todos los Santos). Con el tiempo su pronunciación fue cambiando primero a "All Hallowed Eve", luego a "All Hallow Een" para terminar en la palabra "Halloween".
En el siglo X, San Odilo, abad del monasterio de Cluny (Francia), añadió la celebración del 2 de Noviembre, como una fiesta para rezar por las almas de los fieles fallecidos, por lo que fue llamada fiesta de los "Fieles Difuntos".
La costumbre contemporánea de Halloween poca relación tiene con sus inicios.
Los disfraces posiblemente comenzaron en Francia entre los siglos XIV y XV para la celebración de la Fiesta de "Todos los Santos". Durante esta época Europa fue flagelada por la plaga bubónica o "peste bubónica" por la que murió alrededor de la mitad de la población. Esto creó en los católicos un gran temor a la muerte. Se multiplicaron las "misas" en la fiesta de los "Fieles Difuntos" (2 de Noviembre) y nacieron muchas representaciones artísticas que le recordaban a la gente su propia mortalidad.
Estas representaciones eran conocidas como la "Danza de la Muerte". Dado el espíritu "burlesco" de los franceses, en la víspera de la fiesta de los "Fieles Difuntos", se adornaban las paredes de los cementerios con imágenes en las que se veía al diablo guiando una cadena de gente: Papas, reyes, damas, caballeros, monjes, campesinos, leprosos, etc. y los conducía hacia la tumba.
Al parecer la tradición "dulce o travesura" (Trick or Treat), tiene su origen Inglaterra en la persecución que hicieron entre los años 1500 y 1700 los protestantes contra los católicos. En este período los católicos no podían ejercer ningún puesto público y los perseguían con multas, impuestos elevados y hasta cárcel. El celebrar misa era una ofensa capital y cientos de sacerdotes fueron martirizados.
Un incidente, producto de esta persecución y de la defensa del catolicismo, fue el intento de hacer volar al rey protestante Jaime I y su Parlamento con "pólvora de cañón", marcando así el inicio de un levantamiento católico contra sus opresores. Sin embargo el "Plan pólvora de cañón" ("Gunpowder Plot") fue descubierto el 5 de Noviembre de 1605, cuando el que cuidaba la pólvora, un convertido descuidado fue capturado y ahorcado. Esto generó una fiesta que muy pronto se convirtió en una gran celebración en Inglaterra (incluso hasta nuestros días). Bandas de protestantes, ocultos con máscaras, celebraban visitando a los católicos de la localidad y exigiéndoles cerveza y pasteles para su celebración, diciéndoles: "Trick or Treat". Más tarde el "Día de Guy Fawkes (el nombre del ahorcado)" llegó a las colonias con los primeros colonos que llegaron a América trasladándose al 31 de octubre para unirla con la fiesta de Halloween.
Muy posiblemente, producto de su identificación con la desaparecida fiesta de los Druidas, en la que se invocaba a los muertos esta celebración del 31 de Octubre, se ha ido identificando con grupos neo paganos y, peor aún, con celebraciones satánicas y ocultistas.
El festival a "Samhain" llamado hoy en día el "festival de la muerte" es reconocido por todos los satanistas, ocultistas y adoradores del diablo como víspera del año nuevo para la brujería. Anton Szandor LaVey (Howard Stanton Levey), escritor, músico y ocultista estadounidense de familia judía, fundador de la Iglesia de Satán, dice que hay tres días importantes para los satanistas: (1) Su cumpleaños; (2) El 30 de Abril y (3) el más importante, Halloween. LaVey dice que es en esta noche que los poderes satánicos, ocultos y de brujería están en su nivel de potencia más alto. Y que cualquier brujo u oculista que ha tenido dificultad con un hechizo o maldición normalmente puede tener éxito el 31 de Octubre, porque Satanás y sus poderes están en su punto más fuerte esta noche.
Por otro lado el 31 de Octubre, de acuerdo a la enciclopedia "World Book", Halloween es la víspera del año nuevo para la brujería y dice que es el principio de todo lo que es "frío, oscuro y muerto".
Como sucede con otros temas, la industria cinematográfica ha contribuido a la distorsión del sentido original de esta fiesta creando una películas en las que la violencia gráfica y los asesinatos. El público infantil y juvenil es atrapado por una gran cantidad de producciones que incitan a gozar con una supuesta diversión en torno a la muerte, la fealdad, seres poseídos y otros contenidos propios del culto satánico.
Halloween se ha ligado de tal manera al ocultismo que es un hecho comprobado que la noche del 31 de Octubre en muchos países se realizan misas negras, cultos espiritistas, y otras reuniones relacionadas con el mal y el ocultismo.
Rendirse al negocio (sin dinero estas malas costumbres no prosperarían) y justificar que los niños busquen diversión en diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, es un acto de irresponsabilidad de padres, instituciones y medios de comunicación.
¿Qué sentido tiene tolerar o fomentar una diversión basada en el mal, muertos que caminan, violencia y mensajes de horror? ¿Por qué no estimular el juego y el disfrute con mensajes sanos antes que coquetear con el diablo?
Halloween, además de supersticiones o peligrosos "juegos" como la ouija, los horóscopos, las cartas astrales, el reiki, las piedras o colores energéticos, sólo alejan de las verdades de Dios y exponen a tomar caminos de gran riesgo. Una senda que lleva al desamparo, una puerta abierta a la confusión y a la manipulación de las personas, una celebración que aleja de la belleza, la bondad y la fe.
Para que los niños no "compren" celebraciones como Halloween hay que trabajar. Si no tienen las cosas claras y los adultos no se ocupan, los niños, en su ignorancia estarán a merced de quienes les propongan (con múltiples recursos de marketing) divertirse con lo equivocado.
Hay interesantes y emotivas experiencias pastorales que se realizan. Luego de instruir correctamente a los más chicos sobre qué es Halloween y qué busca Dios para ellos, es posible armar una jornada en la que los "personajes" elegidos sean santos o, en el peor de los casos, buenas personas públicas, reconocidas por su trabajo en favor del prójimo. Y en lugar de amenazar con "trucos" a los vecinos, que lleven un obsequio (desde una flor, galletitas, caramelos o un mensaje especialmente escrito).
Para tener en cuenta:
No es una actividad cristiana: Ninguna iglesia de denominación cristiana celebra esta fecha. Los cristianos no celebran fechas dedicadas a exaltar la brujería.
Halloween está en contra las enseñanzas de Cristo: Jesús está en contra de la brujería en todas sus formas: espiritismo, hechicería, adivinación, lectura de cartas, horóscopos, astrología y otras máscaras con que se encubre la maldad. Jesús dijo que "el que no está conmigo está contra mí". Hay innumerables referencias bíblicas donde se condena el uso de todas esas clases de mal.
No es una tradición argentina: Como ocurre siempre que se importan actos culturales diferentes a los nuestros, el verdadero significado queda relegado a una simple imitación. Impuesto por el cine y la televisión (repletos de productos comerciales de E.U.A.), Halloween nada tiene que ver con la cultura y la idiosincrasia argentina.
Halloween rinde culto a Satanás: Se propone como una actividad recreativa, pero su verdadero significado sigue oculto a nuestros ojos. En muchos países, incluyendo el nuestro, los grupos satánicos usan esa noche para un "culto" especial dedicado a Satanás, lleno de lujuria, drogas, alcohol y toda clase de desenfrenos, en las llamadas "misas negras".
Se opone al primer mandamiento: Este tipo de actividades, ni exalta el nombre de Jesús, ni tiene nada que ver con su Padre Celestial y mucho menos con el Espíritu Santo. Por lo tanto va en contraposición al primer mandamiento de amar a Dios con toda nuestra alma, nuestra mente, nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas.
Participar es olvidarse de Dios y glorificar a seres demoníacos.
Contamina y esclaviza a nuestros niños: No hay magia blanca y magia negra. No hay brujas buenas y brujas malas. Toda la actividad demoníaca se disfraza y se oculta para ganar adeptos. Vestir a los niños como "brujitas" y "diablitos" los confunde y expone a coquetear con el mal.
