Una ley que busca impedir la libertad de pensar y enseñar
La llamada "ley Zan" -llamada así por ser iniciativa del diputado homosexual italiano Alessandro Zan (47)- ya fue aprobada en la Cámara de Diputados por 265 votos contra 193 en Noviembre de 2020.
El proyecto del legislador del Partido Demócrata (que poco demócrata es...) atenta contra la libertad de pensamiento y de enseñanza toda vez que amenaza con multas, cárcel y "reeducación" a quienes se atrevan a enseñar, por ejemplo, que sólo existen hombres y mujeres en la naturaleza, como, además, lo enseña la fe católica.
No se trata de un proyecto que busca proteger derechos de homosexuales, sino un deliberado interés en atacar las enseñanzas más elementales de la biología y especialmente a las instituciones católicas.
Calificar de "homofobia" o de "transfobia" el no querer ajustarse a la anticientífica idea del "género" es, como se sabe, un acto de totalitarismo, de intolerancia y de violencia. Las "fobias" son padecimientos concretos hacia objetos o situaciones en los que las personas experimentan manifestaciones físicas y emocionales serias, de muy difícil control, que les impiden salir a la calle, tomar un avión o estar a oscuras, por ejemplo. No se trata de personas que no les gusta algo o prefieren otra cosa. Sudoración, ataques de pánico, sensaciones paralizantes, que nada tienen que ver con no querer alinearse con la postura ideológica del género.
Si se aprueba esta ley mordaza, los colegios católicos italianos estarían obligados a sumarse a la jornada nacional contra la "homofobia", con los parámetros de sus promotores. Pensar distinto, pretender enseñar lo que siempre se ha enseñado, sería considerado para los activistas de esta legislación una afrenta que merece castigos de cárcel, multas y envío a cátedras de adoctrinamiento.
La ley Zan impone la aceptación de "dogmas" sociales que la Iglesia no puede suscribir sin traicionarse, que harán inoperativas muchas de sus iniciativas de asistencia social e incluso pondrán en riesgo penal la mera prédica de verdades morales que siempre ha defendido el catolicismo.
El Vaticano, que tiene un acuerdo con el gobierno italiano, goza de “libertadde organización, de público ejercicio de culto, de ejercicio del magisterio y del ministerio episcopal” y le cabe a los católicos y sus asociaciones y organizaciones "la plena libertad de reunión y manifestación del pensamiento con la palabra, los escritos y cualquier otro medio de difusión”, señala el diario Il Corriere della Sera.
Al igual que muchas de las barbaridades y perversiones que desde Europa o EE.UU. terminan por llegar a la Argentina ¿También a algún legislador se le ocurrirá un proyecto similar?
¿No llegamos a la locura del genocidio del aborto por presidentes y legisladores alineados contra la vida?
¿Qué puede impedir que igual que se propone una ley de eutanasia aparezca un paso más en el totalitarismo de "género"?
