Se realizó en la Catedral de San Isidro la Misa Crismal
En la mañana del Jueves Santo -29 de Marzo- el obispo de la diócesis de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, concelebró junto al obispo auxiliar Martín Fassi, el obispo emérito Alcides Jorge Pedro Casaretto, y los presbíteros diocesanos la celebración eucarística se consagra el Santo Crisma y se bendice los óleos para los enfermos y lo que se van a bautizar.
El crisma (del latín "unción") es la materia sacramental con la que son ungidas las personas al ser bautizadas, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.
El Santo Crisma representa al mismo Espíritu Santo y debe ser aceite de oliva perfumado.
En la homilía, el obispo expresó "El Espíritu nos penetra hasta el fondo. Como dice San Pablo 'el que nos ha ungido en Cristo, nos ha marcado con su sello y ha puesta en nuestros corazones las primicias del Espíritu Santo' (2 Cor 1, 22). El sello es el símbolo de la persona, es como una firma que garantiza su solidez. Así nos marca para siempre el Espíritu de Jesús. Somos suyos para siempre. Somos su propiedad."
"La unción con el aceite perfumado es también en la escritura un símbolo de alegría. En el contexto del gozo mesiánico hemos escuchado recién al profeta Isaías hablarnos del óleo de la alegría; del mismo modo que en la lectura que hace la Carta a los Hebreos del salmo 45 aplicándoselo a Jesús se nos dice: 'El Señor te ha ungido con óleo de alegría sobre tus compañeros' (Salmo 45, 8)."
"La alegría como la paz es fruto de la Pascua y está entrelazada con ella, es la alegría serena y honda del corazón del cristiano que ha experimentado la cruz con su Señor y también su victoria. Santo Tomás nos enseña que la alegría es perfecto descanso en el sumo bien. La alegría auténtica brota de la cruz, supone trabajo y esfuerzo. Es como el fruto de un parto 'ustedes estarán tristes pero su tristeza se convertirá en gozo'. Se funda en la verdad, no es fingida ni forzada. Brota de la sinceridad del corazón, por eso mismo es contagiosa, por eso mismo atrae hacia Jesús."
"Al encontrarnos cada año en esta misa Crismal agradecemos la fe recibida en la comunidad de la Iglesia y, de un modo particular los sacerdotes, hacemos memoria agradecida de nuestra ordenación y renovamos las promesas de nuestro ministerio", expresó entre otros conceptos el prelado.