El obispo de la diócesis de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, ofició la Santa Misa del miércoles 29 de Junio en la Catedral local, acompañado de algunos sacerdotes y seminaristas, en el día en que la Iglesia recuerda a los santos Pedro y Pablo y, en función de ello, pone de relieve la figura del Papa.
Luego de la lectura del Evangelio según San Mateo, referido a la profesión de fe de Pedro, el obispo reflexionó diciendo "Pedro cree que conoce a Jesús y en realidad recién lo empieza a conocer. Al mismo que no es la carne ni la sangre quien le revela este mensaje, sino el Padre, Jesús le dice a Pedro quién es él: sos la piedra y sobre esta piedra voy a edificar mi Iglesia."
"Pero Pedro tiene que recorrer una honda experiencia de fe para poder conocer de verdad a Jesús. Porque él mismo va a decir cuando lo niega por deslealtad, por cobardía, 'Yo no conozco a ese hombre'. Y en realidad no lo conocía. Conocía a aquel Jesús que alimentaba su esperanza, a aquel que le decía algunas cosas que él quería oír."
"Pensemos en la importancia que tiene la relación de Jesús con Pedro en el Evangelio. Lo quiere sostener: Públicamente dice que va a ser la roca, quien presida a sus hermanos en la fe, la garantía de la unidad de la Iglesia."
"Pedro lo conoce a Jesús cuando Jesús lo mira, un poquito después de la negación, con esa mirada misericordiosa como diciéndole 'Pedro, ahora me conocés. Soy este que no puede nada, que está atado, que ha sido flagelado'. Y Pedro, saliendo, lloró amargamente", recordó el obispo de la diócesis.
"Allí Pedro comienza a darse cuenta quién es Jesús. Cuando conoce su pecado y cuando conoce la misericordia de Dios. Pedro fue aprendiendo lo que significaba ser la piedra con el tiempo y con la Gracia."
"Nosotros también creemos que lo conocemos a Jesús. Creemos que rezando el Credo, sabemos todo, y no es así. Vamos avanzando en la peregrinación de la fe, junto a Pedro, sostenido por la comunión de los santos, en la Iglesia. La Iglesia siempre caminó así."
Refiriéndose a la carta que hiciera pública recientemente, el obispo Ojea expresó su preocupación por las críticas al Papa Francisco señalando que tales cuestionamientos pueden poner en riesgo su mensaje, "un mensaje en el que se juega la paz, la futura convivencia, la justicia."
"Necesitamos dejar de lado cuestiones que son pequeñas, mezquinas, anecdóticas, que no hacen al fondo del mensaje evangélico."
"Cuando aceptó el pontificado el cardenal Jorge Bergoglio dijo 'Yo pecador, acepto'. Pedro es pecador, como lo somos todos, pero sirve a una persona y una verdad que es mucho más grande que él y todos nosotros: es el Señor Jesucristo, vivo, resucitado de entre los muertos, Señor del mundo y de la Iglesia".
"Por eso, frente a los comentarios que escuchamos en la radio, en las redes sociales, en los diarios, quiero decirles con toda franqueza importa escuchar y seguir recibiendo los mensajes de Francisco."
Sobre el final de la misa el obispo Ojea convocó al presbiterio a un grupo de jóvenes que viajará -acompañado por los presbíteros Mariano Caracciolo y Francisco Peña- a Roma, a Asís y luego a Cracovia donde realizará la Jornada Mundial de la Juventud.
"Deseamos que puedan conocer a otros jóvenes de distintos lugares y con distintas experiencias de fe. En el último encuentro del Papa con los jóvenes en Cuba repitió una frase de Juan XXIII pidiéndoles que no dejen de soñar, porque el que no sabe soñar no sabe amar. Que todo lo que van a vivir los llene de sueños porque los sueños potencian nuestra vida y trascienden la razón. Si de eso sucede, entonces podemos transformar el mundo."