José Sánchez del Río, el "niño mártir” de 14 años que fuera torturado y ejecutado el 10 de Febrero de 1928 por oficiales del ejército mexicano durante la guerra cristera, y que ya fue declarado beato en 2005 por Benedicto XVI, será canonizado.
La decisión se fundamenta no sólo en su martirio sino también en un milagro: su intercesión divina en la curación de una niña que nació hace cinco años con un 90% de muerte cerebral.
"Ante el drama de un México donde los principios fundamentales de la libertad religiosa eran negados, los sacerdotes encarcelados y destruidos, pues quiso unirse a un movimiento popular de defensa de la libertad religiosa donde se encontraban muchos de sus amigos y parientes. No querían sus papás dejarle porque lo consideraban demasiado chico pero logró convencerles y se unió a los cristeros”, señaló el P. Fidel González, postulador de la causa de canonización.
La revuelta Cristera fue iniciada por laicos mexicanos a causa de la persecución religiosa promovida por el gobierno de Plutarco Elías Calles a finales de los años '20 del pasado siglo. Su historia fue llevada a los cines en "Cristiada”, de la mano de Andy García. El joven José Sánchez del Río es uno de los personajes de la película.
Durante su visita a la catedral de Morelia en México el Papa depositó unas flores sobre la escultura que recuerda al joven mártir. Allí estaba presente la niña cuya curación milagrosa se atribuye a él y que abrió las puertas a su canonización.
José Sánchez del Río nació en Sahuayo, Michoacán, el 28 de Marzo de 1913. Hijo de Macario Sánchez y de María del Río, fue asesinado el 10 de Febrero de 1928 por pertenecer a los cristeros, el numeroso grupo de católicos mexicanos que luchó contra el régimen totalitario de Plutarco Elías Calles.
Un año antes de su martirio, José Luis se había unido a las fuerzas cristeras del general Prudencio Mendoza, enclavadas en el pueblo de Cotija (Michoacán).
El viernes 10 de Febrero lo sacaron de la parroquia al mesón general del ejército federal. Le cortaron las plantas de los pies, lo condujeron descalzo por la calle Insurgentes, dieron vuelta al Boulevard y siguieron hasta llegar al panteón municipal.
En todo el trayecto, José iba dando gritos y vivas a Cristo Rey y a la Virgen de Guadalupe.
Llorando pero a la vez rezando por el camino, le fue señalada su tumba y poniéndose al pie de ella fue ahorcado y acuchillado por sus verdugos.
Uno de ellos, Rafael Gil Martínez, apodado "El Zamorano" lo bajó del árbol donde había sido colgado y le preguntó: "¿Qué quieres que le digamos a tus padres?" y José, logró decir "Que Viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos".
El verdugo lleno de odio, sacó su pistola y de un tiro en la sien lo mató. Eran las 23:30.
Se estima que esa guerra dejó más de 200.000 víctimas.