Con la presencia de familiares y miembros y amigos del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal "Dr. Horacio Beccar Varela" se llevó a cabo en el jardín de la Quinta Los Ombúes una misa en memoria del generoso donante de esta propiedad y cuyo nombre engalana la institución que acoge.
La celebración eucarística estuvo a cargo del obispo de la diócesis de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, y entre otras personas, asistieron el presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Dr. Carlos Castellano, y la directora del Museo, arquitecta Marcela Fugardo.
Luego de las lecturas del libro de Isaías y del Evangelio según San Lucas -refieriendo al pasaje en que Jesús alaba la decisión de Dios de priorizar a los humildes- junto al sencillo altar instalado bajo la histórica galería, el obispo reflexionó sobre la forma de rezar de Jesús y su alabanza al Padre.
"La oración de Jesús es una oración humilde, 'Todo me ha sido dado', dice", destacó Ojea al tiempo que señala la revelación en el mismo pasaje cuando señala que "Nadie conoce al Padre sino el Hijo".
"Cuando hacemos memoria de las raíces de la vida, entendemos un poco más el presente" dijo el obispo para establecer un paralelo con la vida de Horacio Beccar Varela quien, en su testamento deja evidencia de su acción de gracias en la riqueza de su vida familiar.
"Recomiendo a mis hijos que sigan siendo hermanos como lo dice el Evangelio, que tengan el cariño religioso que a la madre se debe, pensando que Dios nos ha beneficiado con un madre santa. Que ha hecho la felicidad de este padre que adora a todos", leyó del testamento.
Continuando con el paralelo entre las enseñanzas de Jesús y los aprendizajes de Horacio Beccar Varela, el titular de la diócesis leyó también: "He soportado sin desesperación los más grandes desengaños y he sobrellevado pérdidas materiales que a otros anonada. A fuerza de trabajo, honradez y economía había logrado una modesta posición. Negocios ajenos, garantías en mala hora dadas me colocaron en una situación de ruina y con enormes deudas. Confiando en Dios supe afrontar con calma el desastre. Y Dios me ha salvado. Nunca perdí la fe y reconcentrado en mí mismo he vivido años de lucha pero jamás se oscureció mi mente ni se amargó mi corazón."
"Este ejemplo se los dejo para que en ninguna circunstancia de la vida desesperen de la divina providencia"... "Lo que ansío inculcarles, y para ello me falta elocuencia y fuerza en estos momentos, es que sean buenos. Es decir que piensen que la bondad del alma es la más sana y la más verdadera de las filosofías"
Finalizando la homilía, monseñor Ojea instó a los presentes a pedirle a Dios que les enseñe a rezar como Jesús, a dar gracias por la vida, por las raíces, y por "estos lugares a los que concurre tanta gente que se llena de aprendizajes nuevos".
Los descendientes de Horacio Beccar Varela y María Cristina Castro Videla, entre los que había niños pequeños, valoran su integridad, su fortaleza, y su dedicación hacia la familia a la que supo contagiar valores y convicciones.
La histórica casa, donada a la municipalidad de San Isidro en la década del '40 y sede del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal desde el año 2006, ha sido revalorizada y cuidada permitiendo que miles de visitantes puedan recorrerla, investigar, sorprenderse y disfrutarla en sus múltiples actividades culturales.