Tal y como estaba previsto -aunque el mal tiempo del comienzo del día hizo temer por su realización- se llevó a cabo este jueves -15 de Mayo- la tradicional procesión y la Santa Misa por el Día de San Isidro Labrador, santo patrono de la diócesis homónima.
La actividad organizada por la parroquia que dirige el pbro. Pedro Oeyen -que celebró 20 años como párroco- comenzó minutos después de las 16:00 con la procesión de la imagen de Santa María de la Cabeza por la avenida Del Libertador y las calles Martín y Omar hasta llegar a la Estación San Isidro, donde aguardaba un grupo de fieles con la imagen de San Isidro, en el último día de una misión pastoral que lo acercó a lugares emblemáticos de la localidad.
La procesión con las imágenes y la reliquia del santo patrono fue seguida por cientos de fieles, entre los que se encontraba el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, su esposa, la jueza Dra. María Fernanda Nuevo, el presidente del Concejo Deliberante, Dr. Gustavo Castellano, el Prefecto Principal Alejandro L. Gaggiolo, titular de la Prefectura San Isidro, miembros del legislativo local, funcionarios e integrantes de instituciones intermedias.
Con cantos y rezos la multitud cambió el paisaje de la zona comercial, desde las vías hasta el mástil, recorrido novedoso que provocó que los comerciantes y empleados se asomaran a esta habitual manifestación de fe.
Ya en la Catedral, el obispo diocesano, monseñor Oscar V. Ojea, acompañado por el obispo emérito monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto y algunos sacerdotes de la diócesis, ofició la Santa Misa en honor de San Isidro.
Luego de las lecturas del libro del Levítico (que invoca la necesidad de ser santo), de la Carta de Santiago (que destaca el valor de la paciencia) y del Evangelio según San Juan (con la parábola de la vid y los sarmientos), Monseñor Ojea centró su homilía en la figura de San Isidro como modelo de esfuerzo y fe, en la inseguridad que vive el país, y la importancia de un trabajo conjunto en la construcción de la paz sobre la base del amor. [ Ver texto completo de la homilía ]
Citando el reciente documento que dieron a conocer los obispos en el encuentro de la Conferencia Episcopal, monseñor Ojea, destacó que la intención ha sido hacer un llamado a la sociedad, pero en especial a la clase dirigente, "para poder encontrar el camino a través de políticas públicas y políticas de Estado que nos ayuden a construir una cultura de la paz y a salir de una cultura de la violencia".
Reclamando coherencia entre los dichos y los hechos, el obispo de San Isidro instó a que el enunciado respeto a las diferencias "no se quede en palabras".
"La construcción de la paz requiere tiempo, reflexión y una escucha, un modo de escuchar muy profundo de dónde viene la violencia, cuál es la causa última de la violencia, por qué grita, por qué pega, por qué se destruye, cuál es la razón última de la violencia".
Citando a Jean Vanier, monseñor Ojea expresó que "la causa de la violencia es el temor, el temor a desaparecer por no ser reconocido, como Caín. Caín que es la primera manifestación bíblica de la violencia frente a su hermano Abel, que experimenta que puede desaparecer, que puede dejar de ser reconocido en su persona, en su trabajo. El reconocimiento más profundo es el del amor. El amor es el que puede dar seguridad a la persona".
Sobre el final de la celebración eucarística el padre Oeyen agradeció la colaboración de fieles, instituciones y municipio en la realización de la misión de San Isidro y de las festividades centrales.
El párroco se ocupó de informar que, para alegría de toda la comunidad, la causa de beatificación de la religiosa SorCamila Rolón está avanzando con firmeza por lo que tal vez prontamente San Isidro pueda tener el honor de que una de sus hijas sea declarada beata. Sor Camila de San José Rolón nació en San Isidro el 18 de Julio de 1842. A los 32 años se consagra a Dios y fundó en 1888 la Congregación de Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, dedicada al cuidado y educación de niños y jóvenes, y a ayudar a los enfermos.
"Seguramente al primer año de creación de la parroquia, hace más de 300 años, no hubo una fiesta, pero hubo al menos una misa para honrar al Santo Patrono", dijo a Portal UNO el Dr. Carlos Castellano, presidente del Concejo Deliberante de San Isidro mientras recorría la kermesse en la Plaza Mitre. "Hoy es una fiesta que une a todos los vecinos, más allá de su posición religiosa, que le da identidad al distrito con las cualidades del patrono, un labriego y hombre de fe. Y eso nos marca a todos. Si San Isidro es un lugar de progreso, donde los vecinos pelean a diario por una mejor calidad de vida, tiene que ver con esa 'marca' cultural que nos deja nuestro patrono".
"Esta fiesta sirve también para reponer esa fe que muchas veces hace falta en la Argentina. Y la presencia el Papa Francisco colabora en que se reconstruyan valores distintos de los que propone una sociedad que parece indicar que el éxito pasa por las cosas materiales".
Sobre el reciente comunicado de los obispos sobre la realidad del país, Castellano señaló "Compartimos plenamente el diagnóstico que hace la Iglesia sobre la cuestión social como sobre la violencia. Hay que trabajar sobre la indigencia, la marginalidad y la pobreza, pero también el Estado debe bajar los niveles de violencia social. Y para eso hacen falta gobernantes que tengan tolerancia, discursos integradores y que promuevan la pacificación nacional."