Encuentro de familias con monseñor Javier Echevarría
Con la concurrencia de alrededor de 12.000 personas, se realizó el domingo -18 de Agosto- un encuentro con familias en el Colegio Los Molinos [Int. Ávalos 2751, Munro, Vicente López], presidido por Monseñor Javier Echevarría, máxima autoridad de la Prelatura del Opus Dei.
Monseñor Echevarría comenzó su alocución con reflexiones acerca del Papa Francisco y sus constantes invitaciones al compromiso, a la oración y a la acción evangelizadora. Instó a la multitud a tener presenta al Santo Padre en las intenciones diarias para acompañarlo en la difícil tarea de dirigir a la Iglesia. "¡Desdela Argentina el Papa tiene que sentir que le queréis, que le ayudáis!", dijo monseñor. Con referencias a lo ocurrido en las Jornadas de la Juventud en Brasil, el prelado destacó la incansable labor de Su Santidad por los jóvenes.
Seguidamente respondió a distintas inquietudes de los presentes que fueron planteándole situaciones variadas: la tragedia de Rosario (Santa Fe) y cómo entender el dolor; las dificultades en el matrimonio por el cansancio diario, el medio ambiente complejo para la evangelización, etc. A todas las propuestas el titular del Opus Dei dio respuestas concretas, no por ello sencillas, para que los miles de presentes reforzaran su compromiso cristiano.
A un hombre, por le expuso cómo el cansancio y las preocupaciones pueden predisponer mal el clima del hogar, lo invitó a redoblar esfuerzos para con su esposa, a estar dispuesto al diálogo con los hijos, a conservar la alegría del día en que se casaron, a estar dispuesto a ayudar en cualquier pedido de la esposa y pedirle, ambos, a Dios que les permita querer más aún al otro.
A las chicas que viven en la Villa 21, que concurren al 4º año del Colegio Buen Consejo, de Barracas, que recordaron cuando el cardenal Bergoglio fue en Diciembre pasado a confirmar a más de 300 jóvenes y le preguntaron cómo "hacer lío" en su difícil barrio. Monseñor Echevarría les pidió que, en principio, no dejaran de rezar por cada "pibe" y cada "piba" y que inunden de amabilidad el lugar.
Así, cada inquietud que le fue planteada, de las muchas que posiblemente tuvieran los presentes, tuvo una reflexión amena, dispuesta y generosa de parte del prelado.
"Recuerdo con especial emoción la estadía en este querido país de san Josemaría, y me uno a una de las recomendaciones que nos transmitió en el Teatro San Martín: '¡Que los argentinos se quieran! ¡Que no haya nunca odios!, ¡que se comprendan, que sean generosos unos con otros!'. Estas palabras, dichas de corazón, son una llamada a vivir profundamente el mensaje cristiano de la caridad, a vivir la 'cultura del encuentro', como le gusta decir al Papa, que también nos ha pedido a todos que salgamos de nosotros mismos para comunicar a Jesús, que superemos el materialismo, el consumismo, la comodidad, y nos acerquemos a los más necesitados, para ayudar y para aprender. Dejo este país con la alegría de haber estado en mi hogar; y rezo por la generosidad, por la simpatía de la gente, por su apertura a Dios. ¡Dios les ha regalado muchos dones para hacerlos fructificar en servicio de los demás y del mundo entero!", expresó al concluir su cuarta visita a la Argentina.
El encuentro se realizó en el campo de deportes del colegio y se desarrolló en perfecto orden.
El Opus Dei fue fundado en 1928. En 1941 recibió la aprobación del Obispo de Madrid, y en 1947 la de la Santa Sede. Desde 1982, es una Prelatura personal de la Iglesia Católica.
El Concilio Vaticano II creó la figura jurídica de las prelaturas personales para permitir el desarrollo de específicas misiones pastorales. Las prelaturas personales forman parte de la estructura jerárquica de la Iglesia. Están compuestas por laicos y sacerdotes que, bajo la autoridad de un prelado, cooperan orgánicamente para llevar a cabo la misión propia de la prelatura.
La actividad del Opus Dei se resume en la formación de los fieles de la prelatura para que desarrollen -cada uno en su propio lugar en la Iglesia y en el mundo- una actividad apostólica multiforme, promoviendo a su alrededor el ideal de la llamada universal a la santidad.
La tarea apostólica de los miembros de la prelatura -como la de muchos otros fieles católicos- persigue una vivificación cristiana que, con la gracia de Dios, redunda en beneficio de las parroquias y las iglesias locales: sus frutos son conversiones, una mayor participación en la Eucaristía, una práctica más asidua de los demás Sacramentos, la difusión del Evangelio en ambientes a veces alejados de la fe, iniciativas de solidaridad con los más necesitados, colaboración en catequesis y en otras actividades parroquiales, cooperación con organismos diocesanos.
Este apostolado de las personas del Opus Dei se desarrolla en el marco del carisma específico de la prelatura: la santificación en el trabajo y en las realidades de la vida ordinaria.