En Septiembre de 1925 el Honorable Concejo Deliberante dictaba una ordenanza en la que expresaba que el monumento al Capitán Domingo de Acassuso debía erigirse en la plazoleta que se encuentra a la derecha de la Catedral, entre Del Libertador y Adrián Beccar Varela, frente al obispado. La ordenanza no fue cumplida y la solitaria plazoleta quedó sin destino por 15 años.
Faltando poco para que asomara el año 1940, se creó en San Isidro la Obra de Entronización del Sagrado Corazón de Jesús, presidida por la Sra. Adela Giménez Bustamante de Malbrán, quien maduró la idea de erigir en ese lugar la imagen del Sagrado Corazón.
Después de mucho esfuerzo personal y también de la comisión organizadora de colectas, recurriendo a la caridad popular y a la buena predisposición del gobierno municipal, los representantes de la Obra entrevistaron al conocido estatuario RaimundoCatteruccia. Este artista, tiempo después y de acuerdo con las indicaciones recibidas, entregó una imagen elaborada en cobre batido, de 6,5 metros de altura, que debería colocarse sobre un basamento de granito de más de 3 metros. Esa base se logró gracias a la intervención del intendente Ernesto de las Carreras quien intercedió ante el Poder Ejecutivo Provincial con el fin de obtener su donación.
Este pueblo tuvo el honor de contar con la primera imagen de Cristo Rey erigida en la provincia de Buenos Aires, en un lugar público.
El basamento llevó la inscripción: "El pueblo de San Isidro erige este monumento reconociendo la divina realeza de Jesucristo y se consagra a su Sagrado Corazón para siempre".
También a los costados de la base se observa: el Escudo Nacional Argentino, el escudo del pueblo de San Isidro, las inscripciones "Venite ad me omnes" y "Ego sum vía varitas" y la fecha 6 de Marzo de 1940, día en que se colocó la base. La estatua fue inaugurada el domingo 30 de Junio, día de Corpus Christi, jornada de júbilo para el religioso pueblo sanisidrense.
Aquel día se ofreció una misa a las 8:00; luego a las 14:30 partió la tradicional procesión por Del Libertador, Ituzaingó, 25 de Mayo, Belgrano hasta Del Libertador, para arribar finalmente a la parroquia, frente a la imagen.
Se encontraban el arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Santiago Luis Copello; el Nuncio Apostólico, Monseñor José Fieta; el obispo de Iborá, Monseñor Julián Martínez; el cura párroco Pedro L. Menini; el Vicario General del Ejército, Monseñor Andrés Calcagno; el Comisionado Municipal, arquitecto Rodolfo Giménez Bustamante; la Sra. Adela Harilaos de Olmos, presidente de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires; la Sra. Adela Giménez Bustamante de Malbrán; autoridades municipales, alumnos de las escuelas religiosas, exploradores de Don Bosco, funcionarios nacionales y el vecindario en general. La música estaba a cargo de la banda de la policía de la provincia.
El acto comenzó con las estrofas del Himno Nacional Argentino, entonado por el coro del colegio "Carmen Arriola de Marín".
La Sra. de Malbrán hizo entrega de la imagen cubierta al Comisionado Giménez Bustamante, quien descubrió la estatua ante la concurrencia que entonaba el Himno a Cristo Rey. Seguidamente Monseñor Copello tuvo a su cargo la bendición y luego, el párroco Pedro L. Menini elevó oraciones juntamente con la concurrencia.
Antes del final del acto, el joven Manuel Sciurano Van Gelderen recitó una poesía y el Vicario General del Ejército Monseñor Andrés Calcagno -nacido en San Isidro-, cerró la fiesta pronunciando vibrantes palabras.
Al día siguiente, los vehículos que circulaban por la avenida Del Libertador rumbo a la Capital Federal (la circulación era en sentido contrario al actual), veían con asombro un Cristo que les abría los brazos de frente mientras el pasacalle que había sido colocado entre dos añosas tipas insistía en anunciar la pasada ceremonia, mientras aún flotaban en el aire las estrofas que los sanisidrenses habían entonado en aquella fría tarde de invierno de 1940:
"¡Salve, divino, foco de amor! ¡Salaa al pueblo argentino, escucha su clamor! ¡Salva, al pueblo argentino, Sagrado Corazón!"
Origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús
La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a SantaMargarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulgaba los primeros viernes de mes, durante 9 meses seguidos, le concedería lo siguiente:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado, soltero, viudo o consagrado a Dios). 2. Pondré paz en sus familias. 3. Los consolaré en todas las aflicciones. 4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte. 5. Bendeciré abundantemente sus empresas. 6. Los pecadores hallarán misericordia. 7. Los tibios se harán fervorosos. 8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección. 9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. 10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos. 11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él. 12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.
[Fuente: "San Isidro, algo de nuestro ayer", de Jorge Tirigall]