Se realizó la tradicional celebración en honor del Santo Patrono
A pesar del intenso frío que sobrevino luego de las lluvias del martes, una importante cantidad de vecinos de la comunidad sanisidrense participó de las actividades organizadas en honor del Santo Patrono San Isidro Labrador en la tarde del miércoles 15 de Mayo.
Como es habitual y luego de los cuidados preparativos -aunque no haya muchas variantes en las actividades del día-, las imágenes de Santa María de la Cabeza y de San Isidro partieron portadas por vecinos desde la iglesia catedral puntualmente a las 16:00, seguidas por el obispo diocesano, monseñor Oscar V. Ojea, el párroco Pedro Oeyen -portando una reliquia del patrono-, además del intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, y su esposa, la Dra. María Fernanda Nuevo.
La procesión, de la que participaron mezclados con el resto de los fieles, funcionarios municipales y representantes de distintas instituciones, fue recorriendo las calles 9 de Julio, Acassuso, Martín y Omar, Av. del Libertador, hasta retornar al templo mayor. En su recorrido, fue deteniéndose frente al palacio municipal, el Teatro del Viejo Concejo, la Biblioteca Popular de San Isidro, el mástil, el colegio María Auxiliadora, el Colegio de Abogados, el sanatorio San Lucas, la Sociedad Italiana y el Seminario San Agustín.
Entre cantos y rezos, los guías invitaron a reflexionar sobre distintos aspectos de la vida cotidiana y, sobre todo, sobre la fe y el compromiso que todo cristiano debe sostener en favor del prójimo.
Ya en la catedral, luego de las lecturas (la primera del libro del Levítico sobre la invitación de Dios a ser santos, la segunda, de la carta de Santiago sobre la necesidad de la paciencia y de la oración, y el Evangelio según San Juan sobre la parábola de la vid y los sarmientos), el obispo Ojea, durante la homilía dijo:
"Qué alegría personalmente experimento al celebrar a nuestro patrono, humilde trabajador. Este santo laico, miembro de una familia, sencillo, tan querido por el pueblo de Madrid."
En la lectura que está prevista para hoy, leemos 'Señor, que en la humildad y en la sencillez de San Isidro nos dejaste una vida escondida en Cristo'. Estamos saturados de soberbia. No se puede entender de otra manera, la llegada de los gestos de Francisco, el Papa. Gestos de cercanía, de sencillez, tan comprensibles y sin embargo el mundo está azorado por esta revelación de la sencillez, casi diría de la naturalidad en algunos casos".
"Estamos hartos de búsqueda de protagonismo, de búsqueda de poder sin ningún tipo de principio, de decir solamente la parte de verdad que me conviene, de no aceptar con nobleza la verdad del otro, de nuestra falta de capacidad para escuchar, para dialogar. El mundo está cansado de soberbia, de vanidad, de búsqueda de uno mismo".
"Por eso los gestos sencillos del Papa llegan tanto al alma. Nosotros hoy le pedimos a nuestro Santo Patrono que nos contagie de esa humildad y sencillez para llevar una vida escondida en Cristo, que quiere decir vivir nuestra verdad en el seno de la Iglesia, vivir nuestra vocación, vivir con amor nuestro lugar, amar nuestro espacio, nuestro tiempo, no apresurarnos siempre como para querer tragarnos la vida sin masticarla al ritmo de la tierra, con esa paciencia que destaca el apóstol Santiago cuando nos habla del trabajador de la tierra. 'Tengan paciencia, miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y la primavera. Tengan paciencia y anímense'.
Todo esto supone vivir al ritmo de la tierra, aprender de la tierra. Humildad quiere decir 'de la tierra'. De ahí viene la palabra. Y necesitamos tanto contagiarnos de esta sabiduría de la madre tierra, que sabe dar las cosas a su tiempo y no podemos abalanzarnos sobre ella y forzarla".
"Vivimos lo inmediato, todo tiene que ser rápido, ahora. Perdemos de vista la prospectiva, el planificar, el mirar con cierto horizonte el futuro y preferimos agotar todo ahora".
"San Isidro nos enseña con sencillez a vivir con armonía con la naturaleza, a aprender de ella, a amarla, a aprender el lugar del hombre en la tierra".
"La oración sencilla con la que comenzamos la misa dice 'concédenos que el trabajo de cada día humanice nuestro mundo'. Le pedimos a San Isidro que nuestro trabajo no sea perdiendo vínculos humanos fundamentales. Que el trabajo nos lleve a encontrar espacios gratuitos para vivir las relaciones esenciales, de familia, de amistad, entre vecinos.
"Jesús quiere que demos fruto -'somos ramas de un tronco, que es Jesús'- de amor y de caridad. A veces el amor se poda para despojarnos del egoísmo y de todo aquello que lo enturbia y no lo deja ser en plenitud".
"Luego de destacar la solidaria movilización de la gente cuando ocurrieron las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, monseñor Ojea expresó "pude ver a muchos jóvenes distintos, de familias distintas, de educaciones diferentes, acercándose para dar una mano en una verdadera conciencia de caridad fraterna", concluyó el obispo diocesano.
Finalizado el oficio religioso, en la plaza Mitre comenzó el fiesta popular organizada por la Dirección de Cultura municipal con espectáculos musicales y una kermesse que recordó a los juegos del tiempo de la colonia.
Saltimbanquis, cantantes, actores y músicos representaron a los santos patronos, mientras entregaban estampas y entonaban cantos y sobre el escenario. Mientras la noche caía, acróbatas con antorchas asombraban a los más chicos y la narración del pregón de San Isidro a cargo de Graciela Deza y una original coreografía con música en vivo captaban la atención de los mayores. En distintos sectores frente al monumento a Bartolomé Mitre los juegos que cada año se montan para este día provocaban el interés de los chicos que podían jugar gratis cuantas veces quisieran.
El intendente Posse señaló mientras recorría la plaza que "es importante que las fiestas patronales continúen con el paso de los años y que, manteniendo las tradiciones, se incluyan en los festejos nuevas actividades que renueven el espíritu de estas celebraciones".
Minutos después de las 19:00, sobre la fachada de la iglesia catedral una proyección de imágenes generó coloridos efectos en tres dimensiones que incluyeron vitrales de la catedral e imágenes de San Isidro Labrador.
Alumnos y profesores de una escuela de gastronomía sanisidrense proveyeron su servicio de comidas y bebidas calientes, durante el frío atardecer de una jornada de devoción y festejo.
