El escudo del Papa Francisco se caracteriza por su simplicidad. Sobre un fondo azul, preside el emblema de la compañía de Jesus, de la que procede el Santo Padre: un sol radiante con las letras IHS -monograma de Jesucristo- que lleva encima una cruz y debajo los tres clavos en negro.
Más abajo, a la izquierda, se ve una estrella, que según la antigua tradición heráldica simboliza la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia. A la derecha, la flor de nardo, que indica a San José, patrono universal de la Iglesia. Poniendo en su escudo estos símbolos, el Papa ha querido expresar su devoción hacia la Virgen y San José.
El lema del Papa Francisco, "Miserando atque eligendo", proviene de las homilías de San Beda el Venerable quien, comentando el pasaje evangélico de la vocación de San Mateo, escribe: "Vidit ergo lesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me" (Jesús vió un publicano, y como lo miró con misericordia y lo eligió, le dijo: "Sígueme").
Así pues, se puede interpretar el sentido del lema como: "lo miró con misericordia y lo eligió". Este pasaje posee una importancia especial para el Santo Padre, ya que fue precisamente en la fiesta de San Mateo del año 1953, cuando el joven Jorge Mario, que entonces tenía 17 años, experimentó de manera especial la presencia de Dios que lo llamaba a la vida religiosa.