"A veces perdemos el sentido de las cosas y eso nos desalienta, nos desanima, y precisamos que alguien nos de un Norte. Porque podemos sufrir mucho, podemos pasar por momentos de dificultad. Podemos soportar momentos de infelicidad, pero lo que no podemos soportar es una vida sin sentido. Y la alegría que nos da la Fe, el don del Espíritu, es que vivamos lo que estemos viviendo Él trae un sentido para los momentos de confusión."

"Jesús era un testigo fiel, que quiere decir que vivía de cara al Padre, todo lo que veía de Él, lo hacía. Por eso quien veía a Jesús, veía a Dios."

"Los sueños y los deseos nos van marcando un sentido, pero para la concreción de esos sueños debemos afirmarnos en algo superior a nosotros. Cada uno de nosotros de un modo original tenemos un don y el Espíritu viene a potenciarlo para que seamos felices y hagamos felices a otros. No se puede realizar la propia felicidad si no se realiza la de los otros, aunque yo sea muy feliz. Y es feliz no el que logra que todo le salga bien, sino el que vive con sentido.", concluyó monseñor Fassi.

Ante la gran cantidad de interesados, el obispo de la diócesis autorizó al párroco, Ignacio Dodds, a confirmar en la fe junto al vicario general.


La Confirmación

Es el sacramento mediante el cual un cristiano acepta voluntarimente la fe de Cristo, luego de que fuera bautizado, la mayoría de las veces cuando era bebé y por decisión de sus padres. Se trata de la aceptación libre de ser católico y por la cual se recibe el Espíritu Santo.

Este sacramento fue instituido el día de Pentecostés, cuando los apóstoles estando reunidos muchos días después de la muerte y resurrección de Cristo, recibieron al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Desde ese día su debilidad y miedo en anunciar el Reino de Dios se transformó en fortaleza para enseñar el Evangelio. Los apóstoles imponían las manos y así fueron las primeras confirmaciones.

Con la confirmación los cristianos se convierten en soldados de Cristo para ser leales a Él, enseñando a todos que son católicos, para defender la Fe y servir en la construcción del Reino.

En la ceremonia de confirmación el obispo (o su delegado) unta el Santo Crisma (aceite especial que se bendice en la misa del Jueves Santo) en la frente de cada persona. Luego le impone las manos y le dice que recibe el don del Espíritu Santo.

Un confirmado es alguien que conoce y acepta la fe en Cristo, que no teme anunciarlo, que está dispuesto a ayudar a los demás en necesidades humanas y espirituales, y que busca vivir en Gracia de Dios.