Mensaje de Mñor. Ojea por el Año de la Fe
Establecido por Su Santidad Benedicto XVI, el 11 de Octubre de 2012 dará comienzo el año de la fe. En la diócesis de San Isidro la apertura se hará con la celebración de una misa el domingo 14 a las 19:00 en la Catedral.
Sobre este tema el obispo diocesano, Mñor. Oscar Ojea, envió una reflexión para toda la comunidad:
El 11 de Octubre comienza el año de la fe. Nosotros lo vamos a iniciar con una Misa en nuestra Catedral diocesana, la Catedral de San Isidro, el domingo 14 a las 19 horas.
Estamos todos invitados. Cada párroco en su parroquia podrá iniciarlo alrededor de esa fecha cuando desee.
El Papa ha tenido una gran intuición al querer establecer este Año de la Fe.
Muchas veces pensamos que la fe es una opinión o una convicción, una manera de pensar, de ver las cosas. A veces pensamos que la fe es un sentimiento, como una visión del mundo.
El catecismo de la iglesia católica, del cual se cumplen 20 años, nos dice primero, cuando divide las partes del catecismo, el contenido de la fe y entonces comenta el Credo. La fe tiene un contenido. Pero luego el catecismo nos dice que la fe se celebra, quiere decir que la fe se extiende a lo largo de la vida a través de gestos que van a hacer historia a lo largo de la vida de las personas. Si la fe atraviesa la vida celebrándola, el cristiano necesita celebrar la fe.
Luego, el catecismo, nos va a decir la fe se vive, la fe no solo es una convicción o una opinión sino que se despliega en un modo de vida y si es coherente vive según el Evangelio de Jesús, si no, no es fe verdadera. Por eso los católicos decimos, la fe opera por la caridad, la fe obra por la caridad, se extiende, se expresa en el amor, se expresa en la caridad, si no, no hay fe.
El catecismo de la iglesia católica dice también, la fe se reza, la fe se ora, entonces va a comentar el Padrenuestro que es la oración del cristiano.
Qué bueno volver a ese catecismo de hace 20 años, catecismo de la iglesia católica, que fue trabajado con un enorme esfuerzo por muchos obispos de todo el mundo, entre los cuales estuvo Monseñor Karlic, en ese entonces presidente de la Conferencia Episcopal nuestra y Arzobispo de Paraná.
Cómo en ese texto ya la iglesia nos va perfilando de qué se trata cuando hablamos de fe.
La fe no es algo que está en la cabeza, ni es una opinión ni es una manera de ver, sino que la fe se celebra, se comparte. La fe necesita hacerse vida en una historia concreta, de allí los sacramentos que son gestos y signos que celebran la fe.
La fe además se vive, se lleva a la vida, si no, no es fe, la coherencia de la fe.
Cuando partía Juan Pablo II nosotros pensábamos qué hombre que vivió con coherencia la fe. La característica más llamativa de Juan Pablo que nos dejó, hoy beato, en la iglesia, es esta “qué hombre coherente”. Lo que creía lo vivía, lo practicaba, lo demostraba. Esta es la fe. La fe que es coherente con un modo de vida.
Finalmente, la oración, la fe se reza. En el Evangelio se ve cómo la fe se pide. “Creo Señor, ayuda a mi poca fe”, “Señor auméntanos la fe”. La fe, como los pobres que saben lo que es don, que es regalo de Dios, se pide, no se tiene como un galardón, no se luce como un éxito o como un triunfo, sino que la fe se vive como una gracia, como un don y se despliega para ponerse al servicio a los hermanos y para compartirse. De este compartir la fe hablaremos en otro momento del desarrollo de este año de la fe, que es una intuición pastoral muy importante del Papa Benedicto y que atraviesa el modo transversal, todas las acciones pastorales que vamos a hacer en este tiempo.
Muchas gracias y que Dios los bendiga.