Carta de monseñor Ojea por la situación económica en la diócesis
Me acerco a ustedes en esta oportunidad, para compartir con todos, la importancia de la obra que con tanto esfuerzo y fruto venimos desarrollando para acompañar las necesidades de nuestros hermanos, y las preocupaciones y desafíos que se presentan en este tiempo diocesano.
Nuestra diócesis, que con su gran extensión abarca los partidos de Tigre, San Fernando San Isidro y Vicente López, desarrolla diversos emprendimientos de fuerte compromiso con la comunidad, para que especialmente quienes están en situación de vulnerabilidad social, puedan acceder a la educación, la alimentación y el trabajo. En el plano educativo, hemos realizado también, un gran esfuerzo para responder al derecho de los padres de poder elegir la educación de sus hijos.
Hoy, la dimensión que adquiere esta obra es muy grande. A modo de ejemplo, alrededor de 50.000 chicos y adolescentes reciben cotidianamente contención y educación en los distintos espacios (56 colegios diocesanos | 69 Cáritas parroquiales: que llevan adelante 171 servicios y actividades: 39 apoyos escolares, 31 jardines maternales y de infantes, 18 sedes de formación laboral, 9 grupos de trabajo con discapacidad, 12 grupos de mayores, 7 comedores, 6 grupos de fortalecimiento familiar, 16 centros para adolescentes, 2 hogares para niños, 5 centros de asistencia a personas sin techo, 7 oficinas de empleo, 16 bancos de medicamentos, 1 banco de ortopedia, 1 hogar para mujeres en riesgo, 1 centro de día para mayores).
Para el sostenimiento y crecimiento de las obras, se han realizado a lo largo de los años, distintos convenios con el estado provincial, y en algunos casos con el estado nacional y los municipios. De este modo, la casi totalidad de estos aportes están destinados a garantizar los derechos de las personas y no al sostenimiento del culto.
En este contexto, la inestabilidad y atrasos del estado provincial en todo lo relativo a aportes y cumplimiento de los convenios impactan seriamente en la sustentabilidad de las obras. Somos conscientes de las dificultades económicas que atraviesa la provincia de Buenos Aires pero queremos afirmar que esta situación afecta los derechos de las familias y de los trabajadores (En las distintas obras de la diócesis de San Isidro están empleadas 5.087 personas).
Este momento de dificultad lo estamos enfrentando con esperanza buscando nuevas alternativas que nos permitan continuar con las acciones emprendidas. Por eso invitamos a toda la Diócesis a vivir un tiempo de creatividad, comunión y confianza: Creatividad para dar respuesta a los distintos problemas, Comunión para la ayuda fraterna e involucrarnos en las soluciones y Confianza en que El Señor con su providencia siempre nos acompaña y en los momentos de dificultad es cuando más lo descubrimos: “Yo estaré siempre con ustedes”.
No quiero dejar de agradecer a tantas personas e instituciones que aportan su tiempo en las distintas formas del voluntariado, y a aquellos que colaboran económicamente; también a quienes trabajan en cada espacio diocesano haciendo posible pese a las dificultades, que el gesto de Jesús, presente, siga siendo signo de esperanza.
Poniendo bajo el manto de María, nuestra Madre, todas estas inquietudes e iniciativas, les hago llegar mi fraterna bendición.