La Asunción de María al Cielo invita fuertemente a confiar en Dios
El miércoles 15 de Agosto la Iglesia Católica celebró la asunción de la Santísima Virgen al Cielo.
Al igual que en todos templos del mundo, en la capilla Nuestra Señora de los Ángeles [Láinez y Padre Castiglia, Boulogne], la feligresía se reunió para venerar a la madre del Salvador.
El párroco, Ignacio Dodds, en su homilía la Virgen, "desde el primer instante de su concepción, está preservada del pecado original, ya que quien iba a ser la madre del Salvador no podía tener una mancha en su vid. Y no solo eso, María Santísima tampoco tuvo pecado en su vida, y esto es impresionante. Todos nosotros estamos inmersos en el pecado y hacer el ejercicio de lo que podría significar una vida sin pecado, realmente es asombroso."
"No tener un mal pensamiento, no tener una reacción desordenada, una caridad que se plasma en las cosas de todos los días, un amor genuino a Dios, desinteresado. Igualmente tuvo que sufrir las consecuencias del pecado hacia su persona por la pasión y muerte de su hijo, por la incomprensión."
"El privilegio más grande de todo esto es que llegado el momento, María se duerme, no llega la muerte a ella, porque la muerte es la consecuencia más profunda del pecado, de una ruptura con Dios. Ella se duerme y Dios la lleva en cuerpo y alma a los cielos."
"Y esto es lo que celebramos hoy, el triunfo de Dios sobre la naturaleza humana. El gran don con el que Dios nos ha enriquecido."
Lo que muestra la vida de María es que hay un camino para llegar a Dios, un camino de fe, de pureza, de oración, de compromiso con el prójimo. Y, a modo de ejemplo de caridad, el padre Dodds cita el hecho de que María, embarazada, se sube a un burro y recorre 120 kilómetros entre montañas a visitar a su prima Isabel. Esto quiere decir que el amor a Dios "se plasma en gestos de caridad con el prójimo". Y lo que nos deja a nosotros como ejemplo es que ella pudo vivir a Dios en las cosas concretas de todos los días, en los quehaceres domésticos, como toda mujer, toda judía de su tiempo. "Nuestro camino de santidad está en el ordenamiento de nuestra vida según el querer de Dios se da en las cosas concretas de todos los días. Cuando más amor y más sentido de Dios ponemos en lo que hacemos, vamos preparando nuestro encuentro definitivo con Él."
En la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, Su Santidad Benedicto XVI, rezó con los peregrinos llegados a Castelgandolfo el Angelus. En su alocución antes de la oración mariana, el Papa habló de la historia de la fiesta de este misterio que tiene sus raíces en la fe y el culto de los primeros siglos de la Iglesia. "Para entender la Asunción, -explicó el Santo Padre- tenemos que mirar a la Pascua, el gran Misterio de nuestra salvación. María, que engendró al Hijo de Dios en la carne, es la criatura más próxima a este misterio, redimida desde el primer momento de su vida, y asociada de una manera especial a la pasión y la gloria de su Hijo. La Asunción de María al Cielo invita fuertemente a confiar en Dios, seguir su Palabra y hacer su voluntad para así poder llegar al Cielo", dijo el Papa.
El 1º de Noviembre de 1950 el Papa Pío XII declaró que el hecho de que la Virgen María fuera llevada al cielo en cuerpo y alma es una verdad de fe que obliga a ser creída por todo católico.
San Alfonso Rodríguez vio un 15 de Agosto cómo fue la recepción de la Santísima Virgen en el cielo el día de su llegada, y quedó extasiado, inmensamente emocionado.
San Esteban, Rey de Hungría, celebraba con mucha solemnidad la fiesta de la Asunción de María el 15 de Agosto, y ese día fue llevado por Dios a la eternidad. San Juan Berchmans, y San Estanislao de Kostka, jóvenes jesuitas, deseaban ir a celebrar en el cielo la fiesta de la Asunción. San Juan Berchmans murió el 14 de Agosto, y San Estanislao en la mañana del 15, con el rosario en la mano y pronunciando los santísimos nombres de Jesús y María, y fueron a celebrar la gran fiesta de Asunción al cielo.
Santa Teresa dice que vio un día de la la Asunción cómo fue la llegada de la Santísima Virgen al cielo y que desde entonces quedó con el inmenso deseo de sufrir y trabajar con conseguirse un puesto en el paraíso.
"Y apareció en el cielo una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y 12 estrellas a su alrededor. Más impresionante que un ejército en orden de batalla". (Apocalipsis, 12)
