Benedicto XVI creó el Banco Central del Vaticano para lograr la plena transparencia de las finanzas
El Papa ha creado el Banco Central del Vaticano para que vigile todas las operaciones financieras del único banco de Ciudad del Vaticano, el IOR, y las operaciones internacionales de las instituciones financieras de la Santa Sede.
Se trata de la medida de transparencia más importante de los últimos años, y permitirá que el Vaticano entre en la "lista blanca" de países que respetan las normas internacionales anti-lavado de dinero.
Actualmente la policía italiana investiga varias operaciones sospechosas del IOR, el único banco del Vaticano, que realizó dos transferencias sin revelar el nombre de los clientes. El Vaticano asegura que se trata de un malentendido y que ha entregado la información solicitada por las autoridades.
El IOR, o Instituto para las Obras de Religión, es un banco distinto, porque sus clientes son diócesis, órdenes religiosas y departamentos y empleados de la Santa Sede. Fue instituido para que no se especule con el dinero de instituciones religiosas y para ahorrarles el coste de las operaciones.
Ahora el Banco Central del Vaticano se encargará de la plena aplicación de las normas internacionales contra los fraudes financieros. También asegurará que los euros vaticanos circulen en cantidad suficiente y no se detengan en las vitrinas de coleccionistas.