Miles de fieles y peregrinos se dieron cita en el mediodía del domingo 9 de Mayo en la Plaza de San Pedro para rezar el Regina Coeli con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras introductorias definió a la Virgen María cual protagonista del inicio de la Comunidad cristiana.
“Mayo pertenece siempre al Tiempo de Pascua, del desvelarse del misterio de Cristo en la luz de la Resurrección y de la fe pascual; es el tiempo de la espera del Espíritu Santo, que descendió con potencia sobre la Iglesia naciente en Pentecostés”, dijo el Pontífice.
Resaltando que este mes está dedicado por la Iglesia a la Virgen María, el Papa la definió como la “flor más bella de la creación, la ‘rosa’ surgida en la plenitud de los tiempos, cuando Dios, mandando a su Hijo, donó al mundo una nueva primavera”.
Para Su Santidad María es también “la protagonista, humilde y discreta, de los primeros pasos de la Comunidad cristiana: María está en el corazón espiritual, porque su misma presencia entre los discípulos es memoria viviente del Señor Jesús y signo del don de su Espíritu”.
Comentando el Evangelio de hoy, el Santo Padre resaltó en la Madre de Dios, aquella persona que “observó en primer lugar y plenamente la palabra de su Hijo, demostrando así de amarlo no solo como madre, sino también como sierva humilde y obediente”.
“Ahí, dónde Jesús promete a sus amigos que el Espíritu Santo los asistirá ayudándolos a recordar cada una de sus palabras y comprenderla profundamente, ¿cómo no pensar en María, que en su corazón, templo del Espíritu, meditaba e interpretaba fielmente todo aquello que su Hijo decía y hacía?”, agregó, destacando también la figura de María cual “Madre y modelo de la Iglesia”.
Terminando sus palabras introductorias, Benedicto XVI recorrió brevemente su próximo viaje a Portugal, cuya meta será Fátima en ocasión del décimo aniversario de la beatificación de Jacinta y Francisco.
Seguidamente rezó el Regina Coeli, saludó a los presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.