Descubren la red clandestina de Pío XII para ayudar a los judíos
El Papa Pio XII creó un red clandestina para salvar la vida de los judíos perseguidos por el nazismo. Uno de los miembros de esta red aún vive: el sacerdote italiano Giancarlo Centioni, nacido en 1912. Entre los años 1940 y 1945 era capellán militar de la Milicia Voluntaria de la Seguridad Nacional en Roma y vivió en una casa de sacerdotes alemanes que lo involucraron en la red para salvar vidas.
“Vivía en la casa generalicia de los padres palotinos, y mis compañeros sacerdotes alemanes me invitaron a participar. Dado que era capellán fascista, para mí era más fácil ayudar a los judíos. Mis compañeros sacerdotes palotinos, procedentes de Hamburgo, habían fundado una sociedad que se llamaba “Raphael's Verein” (sociedad de san Rafael), instituida para ayudar a los judíos. Ofrecía la posibilidad de huir de Alemania por Italia, en primer lugar, y luego por Suiza y Lisboa”, señaló el padre Centoni.
En Alemania, la sociedad estaba dirigida por el padre Josef Kentenich, conocido en todo el mundo como el fundador del movimiento apostólico Schönstatt. Este sacerdote palotino luego fue encarcelado y encerrado en el campo de concentración de Dachau hasta el final de la guerra.
“En Roma, en la Calle Pettinari 57 -dice el padre Centioni- el jefe de esta actividad era el padre (Anton) Weber, quien mantenía el contacto con Pío XII y su secretaría”.
Esta red entregaba los pasaportes y el dinero a las familias judías para poder huir.
“El dinero y los pasaportes eran entregados por el padre Anton Weber. Ahora bien, él los recibía directamente de la Secretaría de Estado de Su Santidad, a nombre y por cuenta de Pío XII. Llevé muchas veces el dinero a la casa de los judíos. Conmigo prestaron su ayuda al menos 12 sacerdotes alemanes en Roma", destaca el anciano sacerdote.
Las intervenciones de esta red comenzaron ya antes de la invasión alemana de Italia. “Comenzaron antes de la guerra, duraron al menos, por lo que sé, hasta después de 1945, pues las relaciones con el padre Weber, eran muy intensas con el Vaticano, con los judíos, con mucha gente muy buena. Entre quienes después nos ayudaron había dos judíos que escondimos: el escritor (Melchiorre) Gioia, y un gran músico compositor de Viena, de esa época, que escribía canciones y operetas, Erwin Frimm Kozab. A uno le escondía en la Calle Giuseppe, hacia Bari, al otro en la Calle Pettinari 57, y luego ellos nos ayudaron mucho, dándonos información muy precisa, etcétera”.
Una actividad muy arriesgada
“Ayudé a Ivan Basilius, espía ruso, de quien no sabía que era ruso o espía, pero era judío. Por desgracia, las SS le arrestaron y en su cuaderno tenía escrito mi nombre. Entonces, madre mía, me llamó la Santa Sede, su excelencia monseñor Hudal y me dijo: "venga, porque las SS quieren apresarle". "¿Qué he hecho?". "Usted ha ayudado a un espía ruso". "¿Yo? ¿Y yo qué sé? ¿Quién es?". Entonces me escapé”.
El padre Centioni, como capellán, conoció al oficial alemán Herbert Kappler, comandante de la Gestapo en Roma y autor de la masacre de las Fosas Ardeatinas, en Roma, donde fueron asesinados 335 italianos, entre ellos muchos civiles y judíos.
“Durante la ocupación alemana, después de que en marzo perpetraran la mascare, le dije a Kapler, a quien veía con frecuencia (...) '¿Por qué no ha llamado a los capellanes militares para que estuvieran en las Fosas Ardeatinas'. Respondió: 'Porque les habría matado y le habría matado también a usted'.
El padre Centioni asegura que los centenares de personas a los que pudo ayudar sabían quién estaba detrás de toda la operación. “Ayudaba Pío XII, por medio nuestro, de los sacerdtoes, a través de la “Raphael's Verein”, y a través de los Verbitas, sociedad alemana en Roma”.