Misa del inicio del ministerio de Mñor. Oscar Vicente Ojea
Con una importante celebración eucarística realizada el lunes 7 de Diciembre a las puertas de la Catedral local, inició su ministerio en la diócesis de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, flamante obispo coadjutor.
A esta misa especial concurrieron feligreses de distintos puntos de la diócesis que fueron testigos del inicio de las funciones de monseñor Ojea y, al mismo tiempo, el comienzo de la despedida del actual obispo, monseñor AlcidesJorgePedroCasaretto, quien ya está viviendo en el Seminario "San Agustín" y no en el obispado.
Entre los presentes se encontraban el intendente de San Isidro, Dr. Gustavo Posse, y su esposa, la Dra. MaríaFernanda Nuevo, y los intendentes de Vicente López, Enrique García, y de Tigre, Sergio Massa, además de funcionarios municipales, representantes de otras confesiones religiosas y de entidades intermedias.
La celebración -oficiada el obispo Casaretto con la presencia de sacerdotes de la diócesis de San Isidro y de Buenos Aires, además de obispos llegados de otros distritos, como los monseñores Héctor Aguer y Justo Laguna- se inició con la lectura de la designación de monseñor Ojea por parte de Su Santidad, Benedicto XVI.
Posteriormente, en el momento de la homilía, el nuevo obispo de San Isidro agradeció la presencia de quienes se habían acercado a tan importante acontecimiento, para referirse luego a la figura de la Santísima Virgen.
"La luminosa belleza de su sencillez la convierte en el reflejo más nítido y perfecto de la imagen divina. Él (Dios) es el único que pudo elegir a su madre, y eligió a la mejor", dijo.
"En esta solemnidad, que es como la aurora de nuestra salvación, yo me incorporo a la historia de la diócesis de San Isidro, como obispo coadjutor. Vengo a ser entre ustedes, en este tiempo, un pastor que ayuda, acompaña y aprende."
Intecalando reflexiones sobre la Virgen y sobre su arribo a la diócesis, monseñor Ojea, expresó "Llego a una diócesis con una historia muy rica en recursos humanos, espirituales y apostólicos, con una gran capacidad y creatividad pastoral. Y que ha sido modelo en el país de generosidad misionera, entregando numerosos sacerdotes que colaboran en distintas diócesis nuestras y del exterior."
"Pido al Señor y a la Virgen la sabiduría humilde del que escucha, sintiéndome desde ya en profunda comunión con todos ustedes en la oración, cuya fuerza vengo sintiendo en el último tiempo en el que fui despidiéndome de Buenos Aires y preparándome para la nueva misión."
"María reconoce su fragilidad de creatura delante de Dios, pero se abandona totalmente a Él porque tiene la certeza de la fe en su amor. Aún en medio de la oscuridad se arroja segura en sus manos de Padre. Sólo experimentando como ella nuestra nada, descubriendo nuestros propios límites y debilidades, y confiando plenamente en la voluntad de Dios, más allá de nuestros miedos, podremos tener un corazón compasivo con nuestros hermanos, y amar a los pobres de Verdad."
Luego de agradecer la designación del Santo Padre, monseñor Ojea, se encomendó a la Santísima madre del Salvador expresando "Le pido a la Virgen Inmaculada el corazón de su Hijo, el Buen Pastor, que camina adelante de su rebaño, lo acompaña, lo alimenta y le entrega su vida. Deseo de todo corazón, aportar a las diócesis, la experiencia de lo que el Señor ha obrado en mí en estos 37 años de ministerio."
"Los invito a continuar unidos en este fuerte abrazo de comunión, que es la eucaristía, para que el Señor Jesús, entregado a nosotros por María Virgen, pueda encontrarse con la verdad de cada uno de nosotros y nos dé la Gracia de vivir y trabajar en comunión fraterna.", finalizó.
Concluída la Santa Misa y mientras los sacerdotes y prelados se retiraban, los monseñores Casaretto y Ojea, se acercaron a saludar a los fieles y funcionarios presentes.