Pascua Joven es un encuentro organizado por la Diócesis de San Isidro, contó con la presencia de Monseñor Casaretto y reunió más de 2500 jóvenes de la zona norte, quienes vivieron una experiencia inolvidable a lo largo de cuatro jornadas a pura fe y entusiasmo.
"¡Esto es todo alegría!", comentó Paco Pereyra, de 21 años, uno de los jóvenes organizadores de la Pascua Joven de San Isidro, que reúne a 2520 chicos durante cuatro días en el colegio La Salle, de Florida.
Alrededor, grupos de chicos entonaban canciones o conversaban en círculos, animadamente, sentados sobre el césped de un enorme campo de deportes en una tarde de pleno sol.
Un rato después, esos rostros jóvenes se centraron, atentos, en el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto, que los hizo pensar sobre qué buscan en la vida, y les dijo: "La Pascua Joven es la manera que tiene Jesús de salir al encuentro de cada uno de ustedes".
Desde hace 21 años se realiza este encuentro juvenil en la diócesis de San Isidro, pero esta edición superó la convocatoria de las anteriores.
Los chicos dialogaron en 250 grupos, asistieron a una representación, compartieron al anochecer la Misa de la Cena del Señor, tuvieron momentos de meditación personal, a solas, cantaron, y después de la cena, cerraron el día con una adoración al Santísimo Sacramento, meditando en la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos antes de empezar su Pasión.
Y vivieron una experiencia singular, titulada "El sabor del encuentro": cada uno se encontró con otro participante, que no había elegido, para charlar un rato, compartir experiencias y pensar que de modo parecido, puede darse el encuentro personal de cada uno con Jesús.
Los chicos comen y duermen allí, y procuran dejar todo limpio. "Sirviendo la vida es fiesta", decía, con frase de Teresa de Calcuta, la remera de una chica que acercó un banco en el que se paró para hablar Casaretto. El obispo confesó: "Verlos a ustedes es una alegría muy grande. Tengo la sensación de estar en una Iglesia viva" y se preguntó: "¿Qué me pasaba a mí a la edad de ustedes?". Habló de timideces y temores, y del deseo fuerte de hacer algo bueno, de ser alguien útil a los demás. Citó ejemplos: de San Ignacio, de un hombre rico que se convirtió tras un accidente, de la Madre Teresa. Y pidió que Jesús les encendiera a todos el corazón.