Fue presentado el viernes 28 de Noviembre en el Vaticano "Amor Infinito" el nuevo disco del tenor español Plácido Domingo con doce poemas escritos por Juan Pablo II en su juventud. Las autoridades vaticanas elogiaron la impresionante producción y aseguran que en ella se transmite que el secreto de la poesía papal es el amor de Dios por el hombre.
Al presentar en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el Álbum "'Amor infinito' - Canciones inspiradas en las poesías de Juan Pablo II - Karol Wojtyla", interpretadas por el maestro Plácido Domingo, Mons. Crepaldi destacó que "esta singular iniciativa que se presenta hoy reúne dos artes, la poesía y la música, que combinadas, han producido un álbum de canciones titulado 'Amor infinito'".
"La escucha de las canciones, magníficamente interpretadas por el Maestro Plácido Domingo y por la London Symphony Orchestra, recuerdan a Juan Pablo II y toda su vida, a menudo marcada por momentos dramáticos, vivida con la pasión de Dios y del ser humano", añadió.
Tras preguntarse "¿cuál es el secreto de esta poesía wojtyliana, traducida también en tantos textos poéticos?", el Obispo precisa que "el punto de partida es éste: para Juan Pablo II todo nace de un sí de Dios al ser humano, de un diseño de amor infinito de Dios. El sí de Dios al ser humano significa un sí a su dignidad, a sus auténticas necesidades. Significa un sí al mundo y a todo lo que hay de bello, de bueno, de justo en la vida".
Asimismo subrayó que "con su sí al ser humano Dios lo toma como de la mano y lo eleva por encima de todas las cosas creadas. Le asigna un destino de eternidad. La luz del sí de Dios al ser humano ilumina, por tanto, toda su existencia, hace comprender mejor quién es y cuál es su destino. Hace entender mejor el verdadero valor de las relaciones entre los hombres: la referencia a la común filiación y fraternidad ayuda a la gramática de las relaciones humanas, de modo que se conformen a la dignidad de la persona y a su verdadero bien".
"El sí originario de Dios nos dice que llama al ser humano amándolo, lo convoca sacrificándose, y esto es algo inaudito entre las religiones, excepto para el cristianismo. En la fuente del cristianismo no existe un sí del ser humano a Dios, sino todo lo contrario", continuó.
Finalmente Mons. Crepaldi resaltó que los "textos de las canciones tocan muchos temas: afectos familiares, trabajo, guerra, patria; pero todos se inspiran en el sí de Dios al ser humano, en el amor infinito de Dios".
Por su parte, el Presidente del Consejo de la Administración de la Librería Editora Vaticana, Mons. Giuseppe A. Scotti, comentó que este álbum es también fruto del encuentro del maestro Plácido Domingo "con un hombre, un creyente, un Papa, que le mostró una perspectiva de vida. De ahí que un artista, acostumbrado a descifrar personas y cosas con el prisma del arte, se haya sentido conmovido y fascinado por otro hombre, un Papa que le ha ofrecido un punto de vista verdadero y digno de atención".
"Haciéndose eco de Karol Wojtyla, Plácido Domingo nos dice con la fuerza arrolladora de su canto que 'el mundo está lleno de fuerzas ocultas que valerosamente enumero y nombro' para añadir acto seguido que 'este amor explica todo, este amor es todo para mí' y, sin miedo, afirmar con el mismo orgullo de Juan Pablo II que 'Jesús vino a este mundo para enseñarnos el amor de Dios'", añadió.
El tenor Plácido Domingo comentó, emocionado, que "la poesía de Karol Wojtyla es increíble, es una muestra de su humanidad y su bondad". Juan Pablo II, "la persona más importante que he conocido en toda mi vida", era un personaje único, en el que se fundían "el actor, el dramaturgo, el deportista, el creyente...".
Domingo manifestó que "empezamos este proyecto un año antes de su muerte. Al regreso de un concierto en Ancona, el Papa nos invitó al Vaticano para darnos las gracias, y yo le dije que me gustaría convertir en canciones algunos de sus poemas. Me dijo que sí con gran alegría". El proyecto es una colaboración de gigantes pues, además de Karol Wojtyla y Domingo, dos personajes de altura mundial cada uno en su terreno, han participado la London Symphony Orchestra y el sello Deutsche Grammophon.
La aventura comenzó con la selección de poemas entre los centenares escritos por Karol Wojtyla, muchos con seudónimo, durante su juventud. Los derechos pertenecen a la Librería Editorial Vaticana, cuyo presidente, Giuseppe Scotti, consideró "muy lógico que un cantante de fama mundial haya querido vertir la poesía de Karol Wojtyla, un hombre que comprendía a fondo el sentido de la vida, en el rico mundo de la música".
La primera canción, «La conciencia», describe el esfuerzo inútil de un fabricante de armas por drogar su conciencia. La voz de Plácido se desborda con fuerza arrolladora: «Yo no influyo en el destino del mundo; yo no inicio las guerras. Yo no peco. Preparo fragmentos de exterminio, pero nunca mato a un hombre». Escuchando la canción viene a la memoria la espléndida voz timbrada de Juan Pablo II en los primeros años del Pontificado, antes de que el parkinson le fuese robando poco a poco las fuerzas y la expresividad. El Papa y el tenor hubiesen sido un dúo genial.
En todo caso, el álbum incluye varios dúos excepcionales formados por Domingo con diversos cantantes de primera línea como Andrea Bocelli, en «El canto del sol inagotable», Catherine Jenkins en «Maravilla de una madre», o Vanesa Williams en «Gratitud». Aunque Juan Pablo II escribía sus poemas en polaco, la mayor parte de las canciones son en italiano, excepto tres en inglés y una en español.
La talla de luchador de Karol Wojtyla, el hombre que impulsó el desplome del comunismo aparece en poemas como «La libertad» ya desde los primeros versos: «La libertad es una conquista / que no termina nunca. / No es nunca una posesión / sino una heredad. / La libertad no tiene precio. / La pagarás con tú mismo. / Deberás darlo todo / sin recriminar».
Placido Domingo comentó que «Amor Infinito» es "un disco clásico, pero a la vez un cross-over", y reveló que está trabajando en otro proyecto similar con otros poemas de Karol Wojtyla de contenido más espiritual. Y reveló que destinará todas sus ganancias de «Amor Infinito» a niños y ancianos "pues eran los preferidos de Juan Pablo II".