El joven sanisidrense Alejandro Deymonnaz, ex alumno del Colegio Nacional de San Isidro, participará del Mundial de Programación que se llevará a cabo a partir del 12 de Marzo en Tokio.
Alejandro viajará con Pablo Heiber, Francisco Roldán y un docente. Todos son talentosos alumnos de la carrera de Ciencias de la Computación de la Universidad de Buenos Aires, que llegaron a la final de la competencia mundial de Association for Computing Machinery, la que es patrocinada por IBM.
Los tres representantes argentinos viajarán al otro lado del mundo, para participar de la 31º edición de la competencia, tras obtener el primer puesto en la regional y el segundo lugar en toda Latinoamérica.
Deymonnaz detalla al respecto: "el triunfo en las regionales nos motivó para prepararnos para la final, especialmente porque el resultado fue muy bueno, con Pablo ya participamos de la competencia, en el 2006 no llegamos a la final y el anterior fuimos a China, pero sin los resultados esperados, creemos que esta vez estamos más entrenados y con más experiencia para poder competir y lograr el objetivo".
Los chicos quieren la revancha. Saben que será arduo y que sólo quedan los mejores. De los 6.099 equipos de 1.756 universidades de todo el mundo sólo 88 equipos clasificaron para la final, entre ellos nuestros representantes argentinos.
"Esta clasificación –reflexiona Alejandro- demuestra que estamos muy bien preparados, la Argentina tiene mucho potencial, son muchos los chicos que están capacitados como nosotros o más, para los argentinos es mucho más complicado acceder a nuevas tecnologías, todos provenimos de familias de clase media trabajadora, a ninguno nos sobra nada y tenemos que privarnos de muchas cosas para poder estudiar e invertir en adquirir conocimientos nuevos, nadie nos regala nada y eso tiene un sabor especial, al menos para nosotros es un gran orgullo".
Los chicos viajarán con el dinero que sobró de lo recaudado para competencia que se realizó en China. Esa vez, el Ministerio de Educación, sectores privados y la UBA pusieron dinero y acordaron guardar el remanente para el próximo viaje, ahora sólo les faltan 1000 dólares.
La competencia se basa en la resolución de 10 problemas para lo cual es necesario desarrollar un programa en lenguaje informático. Los participantes tienen cinco horas y sólo una máquina por equipo con un máximo de tres alumnos. "Como hay una sola máquina es clave trabajar como equipo, es necesario tomar decisiones en conjunto, como por ejemplo como encarar los problemas, cuál resolvemos primero, etc.", subraya Alejandro.
Todos coinciden en que es necesario prepararse intensamente. "Los dos meses anteriores a la final no paramos –explica en joven de San Isidro- nos juntamos tres veces por semana y recreamos al situación de la competencia, nos encerramos cinco horas con una computadora a resolver problemas programando, además tratamos de participar de otros certámenes porque no se trata solo de resolver problemas, sino de hacerlo en el contexto de competencia".
Un detalle no menos importante es que todos estos jóvenes ejemplares trabajan y estudian, un dato que no es menor, cuando por estos días nos quieren hacer creer que la juventud argentina es la está en la casa de "Gran Hermano", Dios nos salve de esa decadencia y acompañe a estos argentinos de lujo, en este difícil reto internacional.
Para nosotros son un gran orgullo y ya son campeones, ya que sus vidas y los esfuerzos que realizan, representan un gran ejemplo para la juventud de nuestro país.