A pesar de que en no pocas escuelas del país las clases no comenzaron, si se inició un nuevo régimen académico en la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo con esta nueva modificación ningún alumno recibirá una calificación inferior a 4 (inventando una nueva escala que borró del mapa el 1, el 2 y el 3), un abanderado podrá serlo sin ser buen estudiante aunque sí por ser "solidario", los alumnos se podrán llevar una "previa" y una escuela podrá incorporar un alumno en el grado que le hubiera correspondido por la edad, aunque no tenga cursado los anteriores.
Si efectivamente el nivel educativo en las escuelas públicas del país pone en evidencia un declive constante en la formación del alumnado, flaco favor le hace estas ocurrencias.
Nivelar para donde convenga
¿Cuál es la diferencia entre poner un 4 y asignarle un 1, un 2 o un 3, si un alumno tuvo un rendimiento pésimo? Ninguna. Aunque el endeble argumento es para "no estigmatizar" al niño...
“Si no sabe, no sabe”, dice el sentido común. Pero no importa, no sea que cuando crezca vea sus notas de la primaria y se dé cuenta de que era un burro...
La mayoría de nosotros fuimos a la escuela y se nos exigió ocupar nuestro lugar como alumnos, estudiar y sacar las notas suficientes. Recibimos, tal vez, ayuda de padres, de hermanos y de hasta alguna maestra particular. Y pudimos superar cada año. Y algunos repitieron y hasta pudieron sacar provecho del traspié.
Pero la repitencia es un grano para el Estado y no le gusta. Porque muestra no sólo un problema con el niño en las aulas, sino también una compleja situación social: Mamá no está (porque debe trabajar), papá (si está presente) no está (también debe trabajar), en muchos casos la casa no tiene calma o control sobre el niño y sus tareas, la escuela y su cuerpo docente no siempre están con tiempo o interés en apuntalarlo. Conclusión: Démosle al niño la posibilidad de que le quede colgada una materia para evitar que repita. Así la estadística muestra lo que le interesa al Estado.
La excelencia en el estudio, el conocimiento, las buenas notas, no son, para el Estado provincial, el principal objetivo de la escuela. Por eso los chicos van incluso en vacaciones,... a comer.
La escuela, en un cuadro social complicado, se ve en la obligación de ser la "contenedora" de los chicos. Por eso, el Estado imaginó que seguir considerando que un alumno tenga el honor de portar la bandera argentina si demostró excelencia académica... es achicar las posibilidades de elección.
No importa si es un desastre con el estudio… Si es bueno, honrémoslo con la enseña patria, aunque el Gral. Manuel Belgrano no hubiera aceptado tal despropósito. Si el niño es bueno y solidario es posible darle un reconocimiento. Pero la bandera no, hasta que la merezca.
Siguiendo con la particular lógica estatal, que un chico no escolarizado (o que haya abandonado la regularidad) podrá ingresar al grado en el que debió estar si hubiera estado en los años anteriores. Es decir que, buscando incorporarlo del modo más adecuado a "la foto", obviamos que no haya cursado 3º, por ejemplo, y lo metemos en 4º. ¿Y qué pasa si fueran 2 o 3 años de ausencia escolar…?
La educación es, sin duda alguna, el aspecto fundamental del crecimiento de una sociedad. Pero esa educación no es simplemente cursar, aparecer en la foto, simular que todo está en orden.
Lo vemos muchas veces en ocasionales programas de entretenimiento: muchos pasan por la escuela sin afirmar conocimientos, sin articular adecuadamente el cúmulo de información que se brinda, no hay un verdadero estímulo por aprender (tal vez porque en algunos casos "no hay verdadero estímulo por enseñar"), y se desconocen múltiples aspectos de la realidad trascendente del propio país.
Tal vez podamos coincidir con que no llegamos a este punto de la noche a la mañana, y que no es posible revertir los problemas en un año o dos. Pero mientras los funcionarios impongan estos frecuentes caprichitos en los planes de estudio, las unidades pedagógicas y la dinámica educativa, los problemas no van a desaparecer, sino que irán en aumento.
Un dato: ¿Las cosas por su nombre?
El área del gobierno provincial que tiene responsabilidad en la materia educativa es la Dirección General de Cultura y Educación. Su titular es una militante abogada y escribana de nombre Nora Silvana De Lucía (47). Aunque su cargo es “Directora” en el sitio web de la cartera se la presenta como “ministro”.
-> Alberto Mora
Director de Contenidos