Enviar mails, chatear o navegar por Internet eran tareas impensables para aquellos con discapacidad visual unos años atrás. Pero gracias a la evolución de la tecnología, hoy pueden operar una computadora en forma autónoma de la misma manera que una persona que ve.
Computación para ciegos es uno de los cursos gratuitos que se brindan en el Centro Municipal de Formación Profesional N°1 [Tomkinson 2130, San Isidro]. El programa, que tiene título oficial, es dictado por una persona no vidente, Ezequiel Balotta, profesor de informática. Dura dos años y se obtiene el título de operador de PC.
Balotta contó que actualmente cuenta con siete alumnos adultos y que las clases son individuales, de una hora de duración. “En una escuela secundaria por ejemplo, el profesor va haciendo algo en la pantalla y todos los alumnos lo siguen, pero yo no puedo hacer eso, tengo que hacer clases particulares para cada alumno”, explicó.
El Centro cuenta con dos máquinas que tienen un programa especialmente diseñado para personas no videntes. Utilizan un lector de pantalla que reproduce mediante voz sintetizada todo lo que el usuario hace en la computadora a través del teclado o del mousse. “Como no lo podemos visualizar, vos vas tocando y donde hacés click, la máquina te dice en qué ícono estás”, explicó Ernesto Carrera, de 60 años, uno de los alumnos. Balotta agregó que el programa fue un cambio abismal en lo que a tecnología se refiere.
El profesor explicó que cuando llega un alumno nuevo, primero mantiene una entrevista para ver cuánto sabe de informática. Si no tiene ningún conocimiento, hay que empezar desde reconocer el CPU, el teclado, conocer donde están las letras, etc. “Después puedo enseñarles a usar skype, edición de sonido y otras cuestiones más avanzadas”, subrayó.
“Mi objetivo es sacar alumnos súper avanzados, pero depende del incentivo y del uso que le quiera dar cada uno a la máquina”, concluyó Balotta.
La irrupción de la computadora en las personas no videntes provoca mejoras sustanciales en su vida cotidiana y repercute notablemente en sus formas de comunicación.
Ernesto contó que empezó las clases el año pasado. “El curso es bárbaro, es un buen profesor, muy claro y didáctico, y además es un buen amigo. Es muy ameno para enseñar, no te aburre ni te cansa”, dijo.
“Yo necesito una actividad, me gusta todo lo que es el saber o la ciencia. El hecho de aprender computación y poder usar internet para mí es muy importante, nos abre muchísimo las posibilidades”, concluyó el alumno.
Informes e inscripción:
Centro Periférico “Ramón Carrillo” [Int. Tomkinson 2130, San Isidro]