La historia de San Isidro comenzó a gestarse aquel día de San Bernabé del 11 de junio de 1580, cuando Juan de Garay fundó solemnemente la ciudad de la Santísima Trinidad en el Puerto de Buenos Aires, procediendo al trazado de la misma según las Ordenanzas de Población de Felipe II, razón por la cual se delineó con su forma de rectángulo compuesta de 250 manzanas, de las que solamente 46 fueron destinadas a solares urbanos, y de éstas 6 al fuerte y plaza mayor, 3 para conventos y 1 para hospital. Las restantes fueron dedicadas a quintas.
Aquella primera etapa fundacional se consideró cumplida cuando el 17 de octubre se adjudicaron los solares urbanos y se designaron los dos Alcaldes ordinarios y seis Regidores que constituyeron el primer Cabildo que gobernó estas incipientes colonias.
Pocos días después, el 24 de Octubre, Garay inició el repartimiento de 65 suertes o chacras, “… por que conviene por el riesgo que al presente hay de los naturales alterados, que para hacer sus labores más seguros y con menor riesgo de sus personas y de sus sementeras cada vecino y poblador… tenga un pedazo de tierra donde con facilidad la pueda labrar y visitar cada día…”
Según lo dispuesto, estas suertes debían tener un ancho mínimo de 300 varas (260 metros) hasta un máximo de 500 (433 metros) por un legua de fondo (5.196 metros), parceladas “… desde una punta, que está arriba de la ciudad, hacia el camino por do vienen de la ciudad de Santa Fe y han de llegar al frente” de estas tierras “hasta la ribera del Paraná, y correr la tierra adentro… una legua”.
Cuando Garay dispuso que el mencionado parcelamiento se iniciara “desde una punta, que está arriba de la ciudad” se refería al lugar que estaba situado en la actual intersección de las calles Arenales y Basavilbaso de Capital Federal, donde se encuentra el Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
De tal manera, las 65 chacras adjudicadas entre aquellos pobladores sumaban aproximadamente 25.330 varas de frente al Río de la Plata, incluyendo las 12 varas destinadas a las calles que debían correr cada 2 chacras o “suertes”, por lo que debió llegar, por su límite noroeste, hasta la actual calle Tomás Guido Spano, ubicada en Punta Chica, en el partido de San Fernando.
De las 65 chacras adjudicadas, en estas “tierras de pan llevar”, 3 tenían 500 varas de ancho; 31 tenían 400; 27 tenían 350 varas y las 4 restantes, 300 varas.
Es oportuno mencionar que en España no se había logrado una equivalencia uniforme para la dimensión de la unidad de medida “vara”, existiendo la “de Castilla”, también llamada “de Burgos”, que medía 835,9 milímetros, mientras que en Aragón las varas tenían 772, y las de Navarra 785 milímetros.
En ocasión de la fundación de Buenos Aires, tratándose de una región dependiente de la preexistente gobernación de Paraguay, se adoptó la unidad utilizada en su capital, llamada “vara de Asunción”, de 866 milímetros.
Según la ubicación de aquellas chacras, en la actualidad las 28 primeras las podemos situar dentro de los límites de la Capital Federal, luego las 3 siguientes ocupan parcialmente la provincia, y hasta la 46 dentro del partido de Vicente López; desde la suerte 47 hasta la 63 (o sea 17) corresponde ubicarlas dentro del municipio de San Isidro, y las últimas 2 (la 64 y la 65) en el partido de San Fernando.
Respecto de los límites correspondientes al contrafrente de las chacras ubicadas en San Isidro, limitados por su extensión de una legua mensurada desde la tierra firme que daba sobre el Río de la Plata, podemos fijarlos por el actual camino denominado –por la misma razón- Fondo de la Legua y su continuación, Blanco Encalada.
Adjudicadas las suertes, los pobladores denominaron a esta región “Monte Grande”, según se desprende de la documentación y cartografía de la época. La vegetación existente consistía de sauces, ceibos, arbustos espinosos, chañares, talas y ombúes.
-> Bernardo Lozier Almazán
Director del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal.