En Argentina, se estima que hay más de 1.000.000 de personas ciegas, algo que ronda el 20% de las personas con alguna discapacidad.
El bastón blanco. un elemento que identifica a las personas ciegas, tiene el enorme valor de aportarles autonomía y seguridad, aunque están sometidas a espacios públicos y privados que no suelen estar preparados para facilitarles las cosas, mas bien todo lo contrario.
Parece que José Mario Falliotico, un político e inventor santafecino, fue quien tuvo la idea en Buenos Aires del bastón el 22 de Junio de 1931. El hombre estaba en una esquina de alto tránsito cuando vio a una persona con dificultades para cruzar. Cuando se dio cuenta de que era ciega lo ayudó y, como se quedó pensando en la situación y apareció la idea del bastón blanco.
Hay quienes dicen que el origen está en un fotógrafo inglés que utilizó el mismo recurso 10 años antes. Como sea, el bastón fue patentado por George A. Benham, presidente del Club de Leones de Illinois (E.U.A.).
El bastón verde, por su parte, llegó para cumplir con la misma función pero para personas con visión reducida.
Afortunadamente, en estaciones de trenes, de subtes y otros, se implementan baldosas con relieve que permiten comunicar la cercanía del borde y determinados caminos.
En el campo que aún es preciso trabajar es en la ayuda en la vía pública:
Luego de preguntar si necesita ayuda, no se toma del brazo a la persona ciega, sino que se le ofrece el propio brazo para que ella lo sujete y uno será quien le advierta con su voz cualquier maniobra u obstáculo que se tenga enfrente.