Lozier Almazán participó de los actos por la Reconquista en la Iglesia de Santo Domingo
Tal como lo hace cada año, el historiador Bernardo Lozier Almazán, autor de varios libros sobre San Isidro y ex director del Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal, asistió en la mañana del jueves -12 de Agosto- a los actos de recordación de la gesta de la Reconquista en la Iglesia de Santo Domingo, en la ciudad de Buenos Aires.
En esta ocasión, su discurso puso de relieve la figura de Santiago de Liniers quien, reconociendo sus escasos recursos materiales y humanos, puso en manos de Dios la empresa de la Reconquista.
Haciendo un ágil relato de lo ocurrido en aquel año 1806, Lozier Almazán dio precisiones sobre la culminación de la promesa del militar, la entrega a los pies de Nuestra Señora del Rosario los trofeos de la victoria sobre el enemigo invasor, hecho ocurrido el 24 de Agosto, en medio de una importante ceremonia.
El texto completo de la alocución de Bernardo Lozier Almazán, es el siguiente.
"Como todos los años, nos hacemos presentes en esta venerable Iglesia de Santo Domingo, para rememorar y festejar la gloriosa gesta de la Reconquista de Buenos Aires, de la invasión británica, en 1806."
"Consecuentemente, venimos a rendir nuestro homenaje a la bizarra actuación de Santiago de Liniers, a quien por sus antecedentes militares en el Viejo Mundo y en el Río de la Plata, lo pusieron al frente de la casi legendaria cruzada reconquistadora."
"Si recordamos sus escasos recursos humanos, y la total carencia de armamentos, todo hacía pensar que sólo un milagro podía lograr la victoria sobre el poderoso invasor."
"Santiago de Liniers, era consciente de que, sin la asistencia divina, las posibilidades de obtener la reconquista del suelo ocupado era muy poco factible desde el punto de vista militar."
"Fue por ello que aquel domingo 1° de julio de 1806, Santiago de Liniers, luego de asistir a la Santa Misa, hizo el voto solemne en este mismo templo de Santo Domingo, a los pies de Nuestra Señora del Rosario, comprometiéndose a entregarle los trofeos de la victoria que –según confiaba– había de lograr bajo su amparo omnipotente."
"Es oportuno recordar que el libro de Actas de la Cofradía del Santísimo Rosario de este Convento de Santo Domingo, custodia el testimonio de aquella promesa efectuada por Liniers y ratificada, ese mismo día, ante el Prior dominico, fray Gregorio Torres, a quien le aseguró que se había comprometido a hacer entrega de las banderas que tomase al enemigo."
"Como todos sabemos, animado por esa fuerza espiritual y confiado en sus conocimientos en el arte de la guerra, Liniers se trasladó subrepticiamente a la Banda Oriental, para regresar con casi 1.000 hombres que desembarcó en el paraje llamado Santa María de las Conchas, para iniciar su avance sobre Buenos Aires."
"Fue en San Isidro, donde debió acampar el día cinco de agosto, azotado por una intensa lluvia. Al día siguiente, libraba el célebre despacho, fechado el seis de agosto en 'el Campamento de San Isidro', por el que nombraba a Juan Martín de Pueyrredon “Comandante de la Caballería”, de aquel flamante regimiento creado de su propio peculio."
"Bien podemos considerar a este documento como el acta de nacimiento del glorioso Regimiento de Húsares de Pueyrredon, que hoy nos honra con su presencia luciendo el uniforme histórico, el mismo con el que poco después tendría su bautismo de fuego."
"Por vía de síntesis diremos que el 9 de agosto las tropas de Liniers partieron dificultosamente de San Isidro por el enlodado camino rumbo a Buenos Aires, donde el 12 de agosto, de hace 194 años, hacía su entrada a la Plaza Mayor, luego de batirse heroicamente hasta lograr la victoria sobre el invasor británico."
"Fin de un glorioso capítulo de nuestra historia que despertó en sus protagonistas la certeza de su propio valer, plasmando –sin advertirlo– el germen de la gesta de Mayo de 1810."
"Santiago Liniers, cumplió su promesa, a Nuestra Señora del Rosario."
"La ceremonia se llevó a cabo el 24 de agosto de aquel año de 1806 en este Templo, mediante una ceremonia que, según palabras de Ambrosio Funes, fue 'la más fastuosa de que ha sido espectador el pueblo de Buenos Aires. Ese día –sigue narrando Ambrosio Funes– se estrenó nuevo tabernáculo y custodia. Dieron lustre a la fiesta la asistencia de todas las tropas, quienes hicieron tres descargas cerradas de fusilería y otras tres de artillería de a veinte cañonazos'."
"El mencionado Libro de Actas de la Cofradía, también registra que aquel mismo día Liniers dio cumplimiento a su promesa a Nuestra Señora del Rosario, haciendo entrega, ante el Ilustrísimo Obispo, la Real Audiencia y el Cabildo, de las cuatro banderas capturadas al enemigo: dos del regimiento Nº 71 y dos de la Marina británica. Aquí exhibidas para que recordemos aquella gloriosa gesta que nos honra a todos los argentinos."
"Hoy, la Patria invadida por ideas extrañas a su ser nacional y su tradición católica, necesita ser reconquistada nuevamente, poniéndonos –al igual que Santiago Liniers– bajo la protección de Nuestra Señora del Rosario."