El cerebro de los chicos está en desarrollo y hasta los 6 años tiene el máximo potencial de crecimiento y plasticidad neuronal.
De ahí lo perjudicial del uso de pantallas (celulares, tabletas o computadoras) que hacen que el cerebro (en menores de 3 años) envejezca precozmente.
Está claro que los niños no acceden a esos dispositivos por propia iniciativa, son los adultos los que se los facilitan.
Son los padres, en general, los que le entregan a un niño un celular para que se entretengan -y no molesten-, lo que luego deviene en un reclamo de los propios menores de tener el dispositivo. Y si no se lo dan hace un berrinche que termina por fastidiar a los adultos que... finalmente se lo entregan.
El exceso de tiempo frente a las pantallas y la exposición habitual a sus contenidos se asocian a la obesidad, alteraciones del sueño y el descanso, problemas de conducta, retraso en el desarrollo del lenguaje, dificultades de relación, violencia, falta de atención y problemas de aprendizaje.
Se suele recomendar no permitir que niños de 1,5 a 2 años usen medios audiovisuales y limitar su uso entre los 2 y los 5 años.
Los ritmos circadianos, cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas y que responden principalmente a la luz y la oscuridad, se ven afectados al ver las pantallas.
Datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de E.U.A., indican que la luz de los dispositivos electrónicos en la noche puede confundir los relojes biológicos. En consecuencia, puede causar trastornos del sueño y producir otras afecciones médicas crónicas, como obesidad, diabetes o depresión.
Los juegos electrónicos hacen que algunos niños queden "apresados" a los aparatos y liberen mucha dopamina (un neurotransmisor que genera una sensación de bienestar). Cuando las vías de "recompensa" se usan en exceso se hacen menos sensibles y es necesaria una mayor estimulación para sentir placer.
Pasar demasiado tiempo frente a una pantalla afecta el desarrollo del cerebro y aumenta el riesgo de trastornos cognitivos, emocionales, y trastornos del comportamiento en adolescentes y adultos jóvenes, afectando negativamente la atención y la concentración, el aprendizaje y la memoria, la regulación emocional y el funcionamiento social, la salud física y el desarrollo de trastornos mentales y el uso de sustancias.
El dato surge del artículo "Demencia digital en la generación de Internet": el tiempo de pantalla excesivo durante el desarrollo del cerebro aumentará el riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas en la edad adulta publicado en la revista Journal of Integrative Neuroscience en 2022.
Según concluye, esto sucede como consecuencia de que las pantallas afectan negativamente la atención, la concentración, el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional y el funcionamiento social, la salud física y el desarrollo de trastornos mentales y el uso de sustancias.
Además de los perjuicios físicos mencionados, hay otro aspecto sumamente peligroso. Los "jueguitos" y los contenidos a los que se llega por Internet están diseñados, planeados, sostenidos, por adultos que logran saltar "el obstáculo" que implican los padres para llegar a los menores con sus mensajes.
Conceptos referidos al comportamiento, la generosidad, la violencia, la sexualidad, la fe, los padres, las obligaciones, la responsabilidad social, etc. aparecen en las propuestas de juegos de computadora y en los dibujos animados en la tv y el cine.
Los padres pueden estar dando enseñanzas adecuadas a sus hijos, pero si permiten que los que preparan los mensajes lleguen sin filtro alguno, pueden servir de poco. Un niño consumiendo juegos o contenidos en Internet no sólo puede estar convirtiéndose en dependiente de ello, sino que además estará "aprendiendo" lo que sus padres no quieren o lo que aún no están en condiciones de entender adecuadamente.
Vale mencionar que, a través de un celular, es posible acceder a contenidos pornográficos de toda clase, sin suscripción ni pago alguno, lo que nada bueno tiene y no sólo para menores.
Finalmente, vale considerar que más poderosos que las perversiones de lo que se publica en Internet o los contenidos de "jueguitos", son los padres que conocen los peligros, se anticipan a ellos y son coherentes con lo que enseñan a sus hijos.
Algunos consejos
- Seleccione y mire las pantallas con su hijo.
- Deje de usar dispositivos o pantallas una hora antes de acostarse.
- No deje que sus hijos se vayan a la cama con un dispositivo (tableta o celular).
- No permita el uso de celular mientras se hace la tarea escolar.
- Planifique momentos libres de pantallas en familia: cena, paseos, juegos de mesa, etc.
- Establezca lugares libres de pantallas en la casa, en especial los dormitorios.