Ser padres no es tarea sencilla; muchas dudas y preguntas surgen cuando los chicos empiezan a crecer y entenderlos, a veces, puede ser complicado. Para saber cómo acompañarlos sin desesperarse ni desatender algún síntoma, se realizó un ciclo de talleres gratuitos especialmente para padres.
"Vine porque tengo una nena de dos años, Josefina, que dice muy pocas palabras y quería saber cómo estimularla. Tengo un varón de seis que a esa edad hablaba mucho más. Me enteré del taller y no dudé en venir", contó Victoria Pérez, vecina de San Fernando y una de las madres que participó de la charla "Es chiquito ya va hablar", organizada por el Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana El Nido, en la Casa Museo Alfaro [Ituzaingó 557, San Isidro].
Además del problema del lenguaje, durante las jornadas trataron temas sobre cómo ayudar a los chicos en los primeros días de colegio; cuál es la mejor forma de jugar con ellos; y qué hacer cuando no se queda quieto ni un segundo.
"Tuvimos muy buena respuesta a estos talleres y una excelente recepción de los padres. Nos llama la atención que vinieron muchos varones", sostuvo María José Fattore, directora de El Nido. Y agregó que los padres encuentran en estos cursos un espacio de reflexión grupal, donde compartir sus experiencias con otras familias que tienen historias similares.
"Buscamos que ellos mismos analicen el problema y encuentren la manera de resolverlos", concluyó.
Durante el taller se proyectaron cuatro videos, en los que se mostró la interacción entre una madre con niños de diferentes edades y las distintas formas de comunicarse. Después, los padres se dividieron en grupos, coordinados por profesionales, analizaron el video y contaron sus experiencias.
"Se ven reflejados en muchas cosas que no hicieron como papás a lo largo del crecimiento de sus hijos. Ellos solos fueron encontrando un montón de respuestas. Cada chico tiene su propio ritmo para aprender", destacó Clara Glomba, neurología infantil de El Nido.
Adriana Díaz, fonoaudióloga del Centro, señaló que los padres participan activamente del taller, haciéndose muchas preguntas y reflexionando acerca de la comunicación y la mejor manera de acompañar a sus hijos en el desarrollo del lenguaje que es tan importante.
"Algunos consejos que puedo darles es que la comunicación es social y el lenguaje se aprende en el intercambio con el otro. Es fundamental conversar, respetar al niño, acomodarse a sus necesidades y, si surge alguna inquietud, consultar con el pediatra de cabecera. El libro y la música, por ejemplo, son excelentes herramientas para desarrollar la comunicación en los chicos. La televisión, en cambio, no devuelve un intercambio", indicó Díaz.
Roxana Valiente, de Villa Adelina, explicó que su hijo Joaquín, de cinco años, se atiende en El Nido. "Él tenía problemas de comunicación con el entorno; había posibilidades de que sea autista. Pero gracias a la estimulación que recibió en El Nido y a todas las herramientas que nos dieron para trabajar en casa como padres, hoy está muy bien. Estamos re felices. Deberían existir estos centros en todo el país", afirmó.
Luis Gálvez, vecino de San Martín, relató que decidió participar de la charla porque su hijo de tres años tiene dificultades en el lenguaje: "El taller es muy productivo. Podemos compartir nuestras preocupaciones con otros padres que viven lo mismo y los profesionales nos guían. Nos amplía la visión para ayudar a nuestros hijos y nos hacen notar puntos de vista que antes no teníamos en consideración".
El Nido es el Centro de Desarrollo Infantil y Estimulación Temprana del Municipio de San Isidro, cuyo objetivo es implementar la detección precoz de los trastornos del desarrollo infantil. Brinda un espacio de contención a través de un plan de tratamiento individual asesorado por un equipo interdisciplinario, integrado por estimuladoras tempranas, fonoaudiólogas, kinesiólogas, psicólogos, terapistas ocupacionales, musicoterapeutas y trabajadoras sociales.
Se entiende por Estimulación Temprana al conjunto de técnicas y actividades con fundamento científico que se emplea en niños, de cero a seis años, con el objeto de desarrollar al máximo sus potencialidades psicofísicas.
Este Centro cuenta con una sala para la atención de los más pequeños, estimulación temprana, un sector para patologías motoras, uno para integración sensorial, musicoterapia, taller de juegos y/o tareas grupales, consultorios para la atención personalizada en fonoaudiología, psicología, un aula para capacitación y docencia. Se integra al Nido la plaza lindera lo que permite realizar tratamientos en contacto directo con la naturaleza.
Más de 25 profesionales trabajan en este Centro que depende de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. El Nido abrió en octubre de 2012, atiende a más de 400 chicos y brinda alrededor de 2.500 prestaciones por mes.