Aunque se repite con insistencia, desde el punto de vista psicológico "no existe una mujer atrapada en un cuerpo de hombre", excepto cuando esa persona haya sido desviada hacia el otro sexo.
Nos invaden argumentadores televisivos, legisladores y lobbistas de toda índole planteándonos este argumento que no resiste un análisis serio. Cuando uno se entera de los detalles de cada caso, es fácil observar padres que, de distinto modo, "fabricaron" una situación ambigüa. Luego, todo se potencia y los padres y la familia en general se resignan a llamar con nombre falso de mujer al joven y... no hay retorno. Siempre los gestores de estas situaciones son los padres, o traumas tempranos, como los abusos.
La psicología nos dice que una persona debe sobrellevar cuatro limitaciones para tomar conciencia: que su existencia en este mundo no es eterna, que hay otros a su alrededor, que no todo es seguro y que tiene un sexo. Y la aceptación de estas naturales limitaciones puede atravesarse de forma sana o enferma.
Un adolescente cuando cree que vive en un cuerpo equivocado es por una confusión a la que llega por una crianza que ha dificultado la buena elaboración de estos dramas humanos, no porque haya nacido con la psiquis opuesta a su cuerpo, ya que si es criado en forma adecuada a su sexo, su psicología se corresponderá con su físico.
Plantear esta situación, desafortunadamente frecuente, no constituye ataque despiadado a los padres, sino que busca dejar en claro que la ambigüedad y la confusión sexual conspira con el equilibrio emocional de una persona y, claro está, provoca daño. Y todo daño debe ser evitado.
Homosexuales famosos con micrófono habilitado -omnipresentes en los medios, principalmente en la televisión-, no colaboran con lo que los padres pueden hacer. Entre aquellos los hay de toda clase y color, afeminados con porte masculino, trasvestidos con pechos artificiales, masculinos en sus maneras pero activos pro gay, etc., etc. y más etc. Si papá y mamá no prestan atención a los mensajes que dan a sus hijos y la tele y los medios en general se ocupan con dedicación en sentido contrario, no es raro ver algunos resultados.
En los últimos años hemos sido testigos de cómo los medios reflejan como una "solución", la operación a un varón para adecuarlo artificialmente al sexo opuesto. Así hacen su trabajo las hormonas, las prótesis y los bisturíes para que se vea algo que parezca una mujer. Pero hay que saber que esta operación puede, además, provocar serias dificultades psicológicas, que se puede llegar hasta el suicidio, porque algunos no logran superar el duelo por la pérdida que conlleva la cirugía.
Si se comprende que no existe nunca tendencia natural en el ser humano a sentir que no está en el cuerpo del sexo adecuado, es posible encontrar otras soluciones posibles, como las que plantea Richard Cohen, el psicoterapeuta norteamericano que superó la homosexualidad, pudo armar una familia y propone una salida de esa situación.