Con una trayectoria de 44 años, la Fundación Vivienda Digna hace honor a su nombre trabajando todos los días para que las familias tengan un hogar que les permita vivir dignamente.
Este gran objetivo, sueño de sus fundadores y llevado sostenidamente a la realidad, se logra a través de varios programas como el de microcréditos, de mejoras y de autocontrucción, a lo que se suman los corralones sociales que son solución a bajo precio y recaudación para seguir ayudando.
Una fórmula de trabajo que se nutre también de la acción de voluntarios y de empresas que facilitan tanto con donaciones como con materiales a menor valor.
Finalmente, y no menos importante, está el círculo virtuoso que implica el fortalecimiento de lazos sociales entre los beneficiarios de los programas y que si bien hay mucho asesoramiento y contención, todo requiere un compromiso económico por parte de las familias, es decir, hay muchísimas ventajas, pero hay que pagar y comprender que de ese modo se permite que la rueda de ayuda continúe y crezca.
La Fundación Vivienda Digna es, sin dudas, un ejemplo de trabajo profesional, solidario y bien enfocado nacido en San Isidro: toda familia merece lo mejor para seguir siendo la pieza fundamental de la sociedad.
Dialogamos con Alejandro Besuschio, Director Ejecutivo de la entidad, quien explicó todos los detalles sobre cómo nacieron, para qué y cómo trabajan. Por supuesto, también cómo colaborar con esta gran misión.