Cada 2 de Junio se festeja el Día del Bombero Voluntario en recordación del nacimiento del primer cuerpo de bomberos del país, el del barrio de La Boca.
San Isidro tiene el honor de contar desde Octubre de1939 con la Sociedad de Bomberos Voluntarios y sus tres destacamentos que prestan servicio a los vecinos rápida, eficaz y generosamente.
Nos acercamos a la sencilla ceremonia realizada en la mañana junto al monumento erigido en la avenida Santa Fe, que incluyó una ofrenda floral y un solemne saludo a los bomberos caídos.
Luego de compartir un sabroso chocolate caliente, dialogamos con el Comandante Mayor Daniel Gallego quien no ocultó su entusiasmo con este día tan especial y por la tarea que realiza el cuerpo que dirige en beneficio de la comunidad.
La tarea que realiza cada bombero incluye, irremediablemente, a su familia, la que acompaña esa constante predisposición a salir en días y horarios insólitos a cumplir con su misión, relegando su descanso e incluso actividades sociales.
Paralelamente, este servicio se basa en un buen trabajo de equipo, en capacitación y en un obsesivo cuidado de cada elemento o vehículo, adquirido con los recursos de los vecinos.
El Comandante Gallego siente que la institución es parte indiscutible de su vida (ingresó en 1986) y se reconoce parte de un grupo humano que piensa cada día en servir, tanto a la comunidad como a cada compañero que lo necesite.
Ser bombero "es todo. Es ser buena persona, ser honesto, tener los valores de la vida bien presentes y bien incorporados en uno. El bombero tiene todos los valores que no debemos perder nunca. Ojalá todos los chicos que están en la calle se acerquen a la institución para poder volver a recuperar los valores que estamos perdiendo en la comunidad", expresó con sentida emoción.
Desde aquel momento fundacional en 1939 en el que un incendio convirtió en cenizas al cine Select (sobre Gral. Alvear, en Martínez) y la tardía llegada de los bomberos de San Fernando que motivó a los vecinos a fundar su propia asociación para extinguir incendios y atender cualquier emergencia, son muchas las intervenciones en accidentes, urgencias médicas, inundaciones, etc. en las que, sin medir las consecuencias, se esforzaron por salvar una vida o evitar complejas consecuencias.
Los bomberos provocan una sana admiración en todos y no es para menos. Son la expresión concreta de hombres y mujeres que no entienden la vida sin ponerla al servicio del prójimo, en muchos casos vecinos como ellos. Entregando siempre más de lo que se le pide, un bombero voluntario es un modelo de comportamiento cívico, un ejemplo de que es posible trabajar, estudiar, tener familia, amigos, y hacerse el tiempo de hacer el mundo mejor, sin pedir nada a cambio.