La asociación ACER (Acompañar con Educación y Responsabilidad) está dedicada desde hace 15 años a la prevención de la desnutrición infantil y el desarrollo humano en San Isidro (barrios La Cava y Uruguay) y en Vicente López (barrio Las Flores).
Como parte de la familia CONIN, tiene por objetivo promover la inclusión social de familias de bajos ingresos en barrios desfavorecidos, a través de un enfoque integral y preventivo de desnutrición infantil.
La presidente de la entidad, Mercedes Piacenza, explicó a Portal UNO cómo trabajan en favor de mejorar la realidad de los niños y sus familias.
"Muchas veces pensamos en la carencia de una persona, en la inmediatez, en lo que necesita hoy, pero también sabemos que se está hipotecando el futuro, por eso la urgencia en nuestra tarea."
"El futuro de los niños con malnutrición es incierto. Ese niño que se ha alimentado mal sin afecto tiene hipotecado su cerebro también. Hablamos de una enfermedad que la lleva hasta la vejez. Un niño con malnutrición es un adulto malnutrido toda la vida. La buena noticia es que si somos conscientes, la naturaleza nos ofrece una ventana de oportunidades en las que podemos trabajar para darle todo lo necesario y revertir el daño causado por la malnutrición, la falta de afectividad y el estrés que significa vivir en la pobreza", explica la titular de ACER.
Esta tarea que se realiza con la impronta del gran pediatra Abel Albino, un incansable luchador contra la desnutrición, permite apuntar con pasos firmes hacia la superación de las limitaciones de la pobreza, a que los niños puedan aprender, que puedan crecer y desarrollarse y llevar una vida de trabajo que no sólo los beneficiará a ellos sino a toda la sociedad.
En lo referido a la tarea que se lleva adelante, Mercedes explica que en los barrios se busca detectar casos de malnutrición con mediciones antropométricas. A partir de allí se invita a las madres a comenzar el camino de tratamientos, talleres, acompañamiento, formación, hasta que el niño haya evolucionado y su entorno asegure las fortalezas necesarias.
"La tarea es apasionante porque siempre hay mucho por hacer", se entusiasma Mercedes que dice haber encontrado en esta labor atrapante la satisfacción de trabajar por una buena causa que completa los huecos que cualquiera tiene a lo largo de su vida.
Un buen trabajo de nutrición, tanto en lo referido a alimentos como a la afectividad y la estimulación, permite que el niño tenga una escolaridad plena, reducir las posibilidades de fracaso y la posterior inserción laboral.