Una celebración por 40 años de trabajo para la promoción de las personas y la dignidad de la familia
Con un colorido y emotivo encuentro realizado en las instalaciones del colegio "Cardenal Newman", en Boulogne, Vivienda Digna celebró el sábado 5 de Octubre sus 40 años dedicados a facilitar el acceso a un habitat adecuado para las familias de bajos recursos.
Desde 1979, cuando un grupo de amigos católicos liderado por Mario Franzini y las Hermanas Asistentes Sociales Misioneras avanzó con una idea de crear la fundación Sagrada Familia, esta organización ha logrado que muchas personas tuvieran un horizonte mejor, se afianzaran en sus lazos comunitarios, se comprometieran con su propia superación.
En diálogo con Portal UNO, el director ejectivo Alejandro Besuschio, mostró su satisfacción con el tiempo transcurrido y expresó "La puesta común de bienes para la fundación es uno de los principios que hace 40 años nos acompañan y tiene que ver con que cada uno, desde su lugar, aportando a un tema como es el de la vivienda, el deficit habitacional. Estamos muy felices porque aquí hoy están reunidas las familias, voluntarios, funcionarios, todo el gran equipo de Vivienda Digna que ha hecho posible que hoy sea realidad."
Sobre los casi "naturales" vaivenes de la Argentina y cómo se vivieron para la fundación, el director ejecutivo aseguró que "en situaciones adversas se potencia y surge la iniciativa, la inspiración. En épocas difíciles han surgido nuevos programas, como el corralón de materiales", que pueden emprenderse gracias al compromiso del equipo de trabajo.
El inicio del festejo fue con una misa oficiada por el obispo auxiliar Martín Fassi, quien en la homilía instó a tener una mirada agradecida para con lo vivido por la institución, lo que permite, asimismo, inspirar una visión esperanzada hacia adelante.
La emoción atravesó cada momento del encuentro, tanto de miembros de la fundación como colaboradores y beneficiarios. Niños aprovechando el campo de juego del colegio, adultos reencontrándose, relatando experiencias compartidas, vidas que se modificaron para bien por la tarea emprendida en conjunto, con muchos esfuerzos.
Marcela, Gustavo, Juan y Mónica, por ejemplo, son dos matrimonios que, desde hace casi 16 años están pagando por la casa a la que pudieron acceder con la modalidad del trabajo comunitario. Ellos, como muchos otros, fueron seleccionados de entre la comunidad para sumarse y comenzaron a vivir una experiencia renovadora. Hombres y mujeres a la par, con sus hijos, conociéndose con otras familias que, más que vecinos, se transformaron en amigos y casi familia.
Ese fue el sueño nacido hace cuatro décadas de manos de hombre de fe y de compromiso, que abrazaron una idea fuerte: cambiar el mundo empezando por la dignidad de tener un lugar a donde llegar, una vivienda que cobije los sueños, un hogar familiar que vibre de sacrificio y de esperanza.
Vivienda Digna, nacida en San Isidro como Fundación Sagrada Familia, es una organización que no se dedica a hacer o mejorar viviendas, sino que, a través de la vivienda, promueve el desarrollo de las personas. No sólo facilita que las familias lleguen a tener un hogar mejor, sino que enciende o potencia el interés por un mundo mejor, donde cada uno sienta al otro, al vecino, como alguien cercano, que merece atención, sin importar colores políticos o convicciones religiosas.
Las familias beneficiadas por las acciones de Vivienda Digna provienen de situaciones precarias, de hacinamiento, en habitaciones prestadas, y la entidad, con sus proyectos, facilita la interacción de municipios, empresas y particulares, además de las familias, para realizar un acto fundacional.
El trabajo de la fundación está encabezado por 9 voluntarios que integran el Consejo de Administración, quienes dirigen las acciones de un equipo de 70 personas rentadas y 60 voluntarios estables.