En la mañana de este 25 de Agosto la sorpresa fue desagradable en Acassuso.
Luego de un mes de trabajo llevado a cabo por 10 jóvenes, profesionales y personal de la Fundación Nosotros, el espacio que incluía canteros, flores y un particular banco diseñado y pintado especialmente, aparecieron destrozados.
Con real entusiasmo el grupo había trabajado la tierra, armado canteros y preparado ese espacio junto a las vías del ferrocarril Mitre y logrado que la municipalidad de San Isidro pusiera un limitador de velocidad sobre la calle Manzone (para reducir las posibilidades de accidentes de los jóvenes de la Fundación) y colaborara con el mantenimiento del césped.
Utilizando maderas en desuso y los respaldos de una cama pudieron armar un banco de colores que, junto a otras acciones, estimuló la creatividad y el desarrollo de los jóvenes con discapacidad y afianzó sus lazos con la comunidad. Tan noble fin -que puso felices a los jóvenes- no parece haber sido compartido por quienes robaron las plantas, destruyeron los canteros con sus autos, arrojaron basura y hasta dejaron que sus perros ensuciaran el lugar.
Volvieron a arreglar, volvieron a plantar, volvieron a construir, pero el daño volvió a decir presente: rompieron y robaron el banco construido con ingenio y dedicación.
Según nos relata una de las integrantes de este proyecto, Úrsula Peiretti, la intención era inaugurar formalmente el lugar en la primavera junto a los vecinos de la zona.
"La o las personas que hicieron no solo se llevaron un banco sino también nuestra alegría", señalan con sentida frustración. Los jóvenes "trabajaron el espacio con muchas ganas y le mostraron al barrio lo que podían hacer".
A pesar del daño infligido, la Fundación no baja los brazos. "Vamos a seguir construyendo espacios colectivos para todos."
No es posible experimentar otro sentimiento que el de rotundo repudio al daño producido a la Fundación y, sobre todo, a la sensibilidad de los jóvenes que con tanta alegría trabajaron por este sano proyecto integrador.